Anotaciones a dichos y hechos


Q-Hace 15 dí­as exactamente, en este mismo espacio me referí­a a los agotados funcionarios de la Dirección de Atención al Consumidor, sin mencionar el nombre de la afanosa titular de esa dependencia, para no causarle molestias en sus diligentes labores hogareñas.

Eduardo Villatoro

Decí­a el lunes 27 de noviembre que probablemente la señora directora de la DIACO y sus más cercanos colaboradores no se han percatado de que, como consecuencia de la baja de las tarifas del petróleo en el mercado internacional, los valores de las gasolinas en Guatemala han descendido; pero por una insólita razón los precios del gas licuado no registran alguna variación a favor de los consumidores, en su mayorí­a afanosas amas de casa que tienen que ver cómo se las espantan para que el gasto les alcance, cuando son de las clases media y popular, por supuesto.

De nuevo se anuncia oficialmente que se registrará otra baja en los precios de las gasolinas, derivado de la misma causa; pero las autoridades de la DIACO permanecen impasibles. Estos burócratas son indiferentes a que los valores del gas propano se mantengan elevados, beneficiando a los tres hermanos mexicanos propietarios del trí­o de empresas importadoras y distribuidoras de ese combustible.

Q-Si usted no lo supo oportunamente, todaví­a es tiempo de que se entere que siete personas de acrisolada honorabilidad que, quizá por mera coincidencia, portaban 10 armas de fuego, entre las cuales 6 de nueve milí­metros, una pistola calibre 40, otra calibre 45, dos fusiles de asalto tipo Galil y un fusil M-14, fueron capturadas por agentes de la Policí­a Nacional Civil, integrantes de un grupo de antisecuestros que realizaban un operativo en Esquipulas, departamento de Chiquimula, para más señas.

Posiblemente por alguna confusión, estos individuos atacaron a los policí­as, tal vez en la creencia de que se trataba de un grupo de malhechores, ignorando que los agentes del orden estaban tras la pista de los delincuentes que tení­an secuestrada a una ví­ctima.

Los elementos de la PNC respondieron al fuego, persiguieron a sus atacantes y los capturaron. Para fortuna de los detenidos, el comprensivo juez de paz Waldemar Thomas Flores inmediatamente los reconoció y ordenó su libertad en ese mismo instante, toda vez que, aplicando su buen juicio y la sana crí­tica, dijo que se trataba de «personas honorables del pueblo», sólido argumento que fue ratificado por el diligente abogado Jorge Roberto Lorenzo Ramí­rez, defensor de los capturados, a quienes calificó de «gente de bien».

El hecho de que personas tan honorables portaran fusiles de asalto y que atacaran a los agentes de la PNC, según maliciosa versión de los mismos policí­as, obedece a mera casualidad o algún mal entendido. Por si las moscas, el juez de paz de Esquipulas está siendo investigado por autoridades del Organismo Judicial.

Q-El teléfono 110 de la PNC suena y una voz exclama: ?¡¿La Policí­a?! ¡Sí­! ¿verdad? ¡Por favor mande a alguien urgentemente, que entró un gato a mi casa! ?¿Qué quiere decir con un gato en su casa? pregunta. ?¡Pues un gato! ¿No sabe lo que es un gato? Invadió mi casa y está caminando hacia donde yo estoy.

?No entiendo ?dice el telefonista de la PNC? ¿usted quiere decir un ladrón? ?No, idiota ¡estoy hablando de un gato, de esos que dicen miau! ?¿Qué tiene que un gato entre a su casa?, insiste. ?¡Es que me va a matar y ustedes serán los culpables ?¿Quién habla?, inquiere ?Habla el loro de la casa ¡hijo de la … %*$…AUXILIOOOOO