La estrategia total, es decir aquella que considera a la conducción del Estado como la responsable de la coordinación de todas las capacidades estatales para enfrentar situaciones de conflicto a los que éste eventualmente se vea sometido, constituye uno de los sistemas de interacción de pensamiento dinámico y funcional más integrales, a la vez que complejos, de que disponen los gobernantes en la actualidad para enfrentar los conflictos armados o bélicos contemporáneos.
En efecto, la estrategia moderna, trascendiende los campos de batalla tradicionales, se presenta como un método de razonamiento dinámico, que permite sistematizar el pensamiento y la acción inherentes a una estrategia de Estado, que debía estar a la altura de los desafíos que representan las complejidades de los conflictos que surgen de la II Guerra Mundial, cuya capacidad de destrucción, con el advenimiento de la era nuclear y posteriormente con la diversificación de las armas de destrucción masiva, obviamente no encontraba una adecuada respuesta teórica en los contenidos de la estrategia clásica.
La nueva forma de violencia que representaba la irrupción del arma nuclear en los conflictos internacionales, requería ?tal como en el pasado habían demandado las revoluciones tecnológicas o del pensamiento estratégico- de nuevas teorías que explicaran la lógica de la política y de la estrategia en las nuevas circunstancias, estructurando y funcionalizando una nueva relación entre ambas, la cual, como es lógico, implicaría una propuesta sobre cómo actuar y cómo organizarse frente a los eventuales conflictos nucleares emergentes.
El hecho de que toda nueva guerra requiere nuevas estrategias ?fenómeno que sólo requiere la certeza de que en realidad nos encontramos frente a una nueva forma de guerra, ya que una conceptualización impropia es tan peligrosa, como la concepción de una estrategia inadecuada- fue finalmente reconocido por las élites políticas y estratégicas, las cuales se dieron finalmente a la tarea de estudiar las implicancias del arma nuclear, especialmente porque sus efectos devastadores y globales, definitivamente imponían límites lógicos a las prácticas del empleo de la fuerza militar convencional en la solución de las crisis internacionales.
En dicho contexto, la estrategia total, del general francés André Beaufre, llega en un momento de gran incertidumbre y ejerce un profundo impacto en el pensamiento estratégico nuclear europeo, cuyo punto de partida se centra en una inferioridad nuclear comparativa con la desaparecida Unión Soviética. Por su parte, los Estados Unidos, país que introduce la cuestión nuclear en el gran debate político-estratégico internacional, sigue un camino propio que, no obstante tener similitudes con la estrategia total de Beaufre, enfrenta el problema nuclear desde la perspectiva de una superioridad comparativa que lo lleva por caminos distintos.
(Continuará)