La campaña preelectoral se verá levemente opacada por la festividad de las tradiciones de fin de año. Pero sin embargo, la pesadilla de la violencia, no se tomará recreo. La violencia extenderá, como ya ha hecho esta semana, sus tentáculos a quienes participan en política. Será llamada violencia política.
La vía electrónica, de la que a pesar de nuestros altos índices de subdesarrollo, cada vez es más usada, al parecer, será un medio favorito para inculcar terror, violencia y zozobra. El «asunto» del G T Continental, es una prueba de ello. Otras pruebas adicionales lo constituyen, alrededor de este hecho, un correo mediante él se sindica al ingeniero ílvaro Colom y a su esposa, como dos piezas «clave» en el lamentable pánico financiero creado contra dicha institución bancaria. El Ministerio Público, tendrá, para variar, un renovado reto del cual esperamos pueda demostrar algún grado de capacidad y ofrecer resultados concretos en breve.
Otra manifestación es el sedicioso correo que supuestamente a nombre de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala, se está haciéndose circular. ¿Tendrán capacidad, en el MP para investigar estas formas peculiares de sembrar divisionismo, incertidumbre, calumnias y difamaciones entre los protagonistas que en los propios correos electrónicos se mencionan?
En el tema de la seguridad ciudadana el gobierno actual está dejando una cruenta factura que todos los días se cobra numerosas víctimas y, quienes se arrepienten de haber apoyado al «ganamos todos», pues en esta área se ha traducido en mayor luto, son cada vez más y ha hecho que un número más creciente de habitantes de este nuestro sufrido país, vean las hojas de sus calendarios en cuenta regresiva, para que «talvez con el nuevo gobierno, las cosas cambien».
El problema de la violencia y todos sus tenebrosos tentáculos es un problema que nuestros flamantes operadores de «derecha», han llegado a convertir en un problema estructural y muy complejo. Las posibilidades del «aliento» que producen los inminentes cambios que se operarán el 14 de enero de 2008, en realidad son de poca concreción.
Dicen que un optimista es alguien que carece de información, en tanto un pesimista es un optimista con información. Creo que si no se hace algo de manera integral, la violencia y los sediciosos tendrán en nuestra sufrida Guatemala un campo fértil para continuar acentuando al que alguna vez fuera el «país de la eterna primavera», en el Estado fallido en el que se ha convertido a partir de ser el «país de la eterna impunidad». Carajo, como me gustaría estar equivocado.