Qué trancazo (y VIII)


Quienes se han tomado la molestia de leer mis comentarios «Qué trancazo» estimarán que previo a concluir debo de manifestarme sobre «la suspensión de operaciones del Banco del Café S.A.» y lo que conlleva para el Grupo Financiero del Paí­s.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Esta situación es tan confusa e incluso se encuentra pendiente de mucha información por parte de la Junta Monetaria y de la Superintendencia de Bancos de Guatemala, por lo que estimo que el tema tendrá que ser evaluado, analizado y opinado más adelante, de lo contrario podrí­a estarse echando más leña al fuego. Lo que no puedo dejar de reconocer es que hay mucha tela que cortar, los ingredientes no solo son financieros, son polí­ticos, implican responsabilidad del partido oficial, al Presidente, a las autoridades monetarias, a las juntas directivas del Grupo Financiero del Paí­s, quienes tienen la obligación de aclarar para poder llegar al fondo de esta difí­cil situación y saber a quién le corresponden los trancazos.

Como conclusión a lo escrito opino:

La Superintendencia de Bancos no puede lavarse las manos. De qué sirve que publique mensualmente un resumen informativo de estados financieros de los bancos, de encaje patrimonial, de estados financieros de sociedades financieras privadas, de posición patrimonial de esas sociedades, de multas y ajustes pendientes y además un minidirectorio de instituciones financieras legalmente autorizadas para operar en el paí­s sujetas a su vigilancia e inspección, SI OMITE HACER ANíLISIS que le permita a la población conocer sus opiniones y recomendaciones.

La Junta Monetaria, órgano colegiado integrado por un presidente, tres ministros, un representante del Congreso y por representantes de los bancos privados, de las cámaras de comercio, industria y agro y de la Universidad de San Carlos, tiene la obligación de opinar oportunamente ante cualquier peligro, como lo hicieron recientemente en el caso del Banco G