La quema del diablo


Un mundo nuevo, es más que un nuevo modo de pensar William Carlos

Edith González

Una de las más bonitas tradiciones que recuerdo de mi infancia es precisamente de esta época, quizás porque se conjugaba la salida del colegio, que representaba el final de las clases con sus horarios rí­gidos, las levantadas muy temprano y las tareas a realizar, con la libertad de disfrutar del tiempo al antojo y las fiestas de fin de año.

Reunir los cuadernos, utilizados, en cajas era como la preparación de la pócima que surtirí­a su magia el 7 de diciembre por la tarde. Cuando luego del café de las cuatro mi madre nos indicaba que nos alistáramos, sabí­amos que lo mejor estaba por llegar.

Entonces acarreábamos hacia la calle toda «esa basura» recolectada que constituí­a nuestro tesoro, para depositarla a un costado del portón de entrada a la casa y esperar a que el reloj marcara las 6:00, para prenderle fuego e iniciar la diversión.

Hacer una gran pira para competir por el tamaño y la duración con los vecinos, era solo una parte de la misma, pues además podí­amos quemar cohetes, y encender las escobas cual antorchas. Manteniendo así­ una tradición de la que en su momento poco sabí­amos de su origen y la cual debido a la modernidad ha ido cambiando hasta llegar a convertirse en una verdadera quema del diablo, al prenderle fuego a piñatas que lo simulan. Y que finalmente constituyen menos peligro para los niños.

Aun así­ es muy importante que todo se lleve a cabo bajo la vigilancia de un adulto responsable para evitar que la diversión termine en tragedia y el niño resulte con quemaduras o lo que es peor con amputaciones de sus dedos por falta de precaución. Para agilizar el ingreso al hospital Roosevelt esta semana el alcalde ílvaro Arzú inauguró una entrada más directa en «la Ruta de la Vida». El secreto está en no tener que utilizarla. Guarde a partir de hoy, entonces, todas las precauciones necesarias en esta época, y conviértase en héroe de su familia al llegar al inicio del 2007 con vida, salud y sin problemas. Disfrute en armoní­a y en unión familiar.