Me gustaría que las organizaciones promotoras de los “foros†políticos invitaran a los aspirantes a diputaciones para que se manifiesten respecto a sus conocimientos generales y específicos sobre la problemática del país, y que respondan con elementos técnicos o de cultura general; y de esa forma saber cuán capaces son para el ejercicio de cargos a los que aspiran.
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Lo anterior porque hay muchas personas jóvenes a quienes les han hecho creer que, sólo por ser jóvenes ya tienen la capacidad para ejercer cargos de dirección pública y hasta legislativos, aunque no sepan ni siquiera la nomenclatura de la ciudad en que viven y desconozcan la historia de Guatemala y sus instituciones.
El objetivo del presente artículo es denotar, una vez más, la necesidad de contar con funcionarios y empleados educados, con cultura general y honestos en su actuar porque de lo contrario, tendrán como resultado la aplicación de la ley, el desprestigio social y la vergí¼enza familiar de ser un convicto más… mientras se demuestra lo contrario.
En el caso de los aspirantes y/o candidatos a diputados, la educación y la cultura serán los elementos axiológicos que permitan un servicio público apegado al derecho, y no ser sólo empleados solapados de los verdaderos propietarios de Guatemala que lleguen a levantar el brazo en señal de aprobación a los siempre avorazados intereses oligárquicos nacionales e internacionales.
Durante los últimos 25 años el Estado de Guatemala ha sido saqueado por una pandilla de ladrones de todo tipo: presidentes, diputados, cancilleres, ministros, interventores, secretarios generales, vicepresidentes, alcaldes, gobernadores departamentales, militares de todo rango, fiscales, jueces y magistrados; algunos de ellos educados y cultos; otros, patanes de rancio abolengo con dinero, otros sólo patanes que se enriquecieron robando a la sombra de su “autoridadâ€.
Guatemala necesita gente que en realidad cambie la situación actual; que llegue a trabajar por el salario que tiene asignado la plaza que va a ocupar, y que no les sirva esa posición para enriquecerse de manera burda y grotesca como sucedió en los últimos años en el Ministerio de Gobernación.
EL ERARIO NACIONAL NO ES UN BOTíN POLíTICO, no es la cueva de Alí Babá para que se disponga de él como lo hicieron con los OCHENTA Y DOS MILLONES DE QUETZALES EN EL CONGRESO, y los chorros de MILLONES por medio de manganillas en el presupuesto del Ejército.
Y en el caso de los aspirantes a la Presidencia de la República, cualquiera que gane, ya sabemos que responderá a los dictados de sus amos y señores financistas y que no vengan con pajas como “no tengo compromisos con nadie†¿De dónde tanto pisto? Ni que tuvieran maquinitas de hacer billetes. ¡El pueblo no es mula! Pero irá a votar para sentir que fue tomado en cuenta.