Nuevamente se está discutiendo un aumento al salario mínimo y está causando revuelos, el Presidente de la República manifestó que varias empresas pagan mucho a destajo y está considerando emitir un acuerdo gubernativo a efecto de impulsar el salario por productividad, lo que vendría a sustituir el salario mínimo. Esto lo dijo en vista que el Consejo Nacional del Salario (CNS) no ha logrado un acuerdo para elevar el salario mínimo.
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El sector sindical recibió esa noticia como un balde de agua fría, pues ya empezaron los trámites legales para que esa iniciativa no tenga validez. El sindicalista Edgar White, ha señalado que ellos están pidiendo un incremento del 50% al salario mínimo, aunque pueden negociar hasta un 30%, no estoy de acuerdo con el señor White cuando dice que el salario por productividad sólo se puede aplicar para algunos sectores, no así para los médicos y maestros, esas son puras pajas, a todos se les puede pagar igual por el trabajo que realicen con eficacia y eficiencia. Por su parte el sector empresarial definitivamente va por el salario por productividad.
Estoy seguro que muchos no compartirán mi opinión, pero por experiencia creo que el salario mínimo no resuelve en nada la situación económica de los trabajadores, siempre me he opuesto a que los gobiernos por decreto obliguen a los empresarios a hacer aumentos salariales que seguramente no pueden realizar, pero que sí los puede llevar a la quiebra. Quizás a las grandes empresas no les perjudique tanto, pero a los pequeños y medianos empresarios, sí les afecta enormemente.
También estoy convencido, que los trabajadores que realizan su tarea a conciencia, que se distinguen de los mediocres, les estimula más y lo consideran más justo un aumento por su productividad y capacidad, a que les aumenten a todos por igual (buenos, malos y mediocres). Lo anterior lo digo por experiencia, porque me lo han manifestado algunos trabajadores que no consideran justo los aumentos por parejo.
Los empresarios también tienen que poner de su parte y deben comprometerse a capacitar a su personal, desgraciadamente existen patronos que todavía ven la capacitación de su recurso humano como un gasto y no como inversión, pero tienen que invertir en ese rubro para que trabajen con calidad, requisito indispensable para cumplir con los tratados de libre comercio que se han suscrito con otros países.
Ojalá que esta discusión se resuelva en mejor forma y que se trabaje en función del mejoramiento de todos los guatemaltecos, que los sindicalistas dejen ya su discurso barato y demagógico, que los empresarios actúen con honestidad, que no sean como el azadón, solo para adentro.