Hay alguna gente que no cree o no quiere aceptar que la derrota del Partido Republicano en esta reciente contienda electoral, es la derrota también del presidente de los Estados Unidos de América, George W. Bush. Fue aplastante la derrota por la torpe política de Bush, de seguir intrometiéndose en Irak. Recordemos que Bush aseguró que tenía pruebas suficientes de la existencia de armas nucleares de destrucción masiva que Saddam Hussein poseía. Esas armas nunca aparecieron, fue una vil mentira como otras más de Bush.
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Siempre he condenado la existencia de cualquier régimen dictatorial, no importa de que lado sea (izquierda, centro, derecha), definitivamente no acepto las dictaduras, pero la condena a muerte del ex dictador iraquí Saddam Hussein por la muerte de 148 habitantes chiítas en 1982 y su eventual ejecución en la horca pueden empeorar el conflicto en Irak y es a toda vista que fue manipulada por el presidente Bush, supuestamente para ganar adeptos en las recién celebradas elecciones en algunos estados de los Estados Unidos de América, para elegir diputados, senadores y gobernadores.
Muchos órganos de prensa internacional han criticado la intromisión estadounidense en el proceso, que el juicio fue organizado por los iraquíes, pero que la fecha del anuncio del veredicto fue escogida para mostrar a los votantes estadounidenses los progresos en Irak justo antes de las elecciones.
Si el presidente Bush, pensó que el veredicto de condena a Hussein iba a beneficiarlo, le salió el tiro por la culata, lo que ha hecho, es instaurar una gran desconfianza entre la ciudadanía estadounidense por la cantidad de militares muertos en Irak y que desgraciadamente seguirán muriendo más. En octubre murieron 103 soldados estadounidenses, para un total de 2.800 militares norteamericanos o personal asimilado fallecidos desde que comenzó la invasión en 2003.
Para la arrogancia que tiene Bush, la derrota debe de haber sido un duro golpe al hígado y a su vanidad, él creyó que gozaba de la simpatía de su pueblo, pero éste lo dejó en el camino, quizás algunos de los fanáticos republicanos sigan aplaudiendo las torpezas de su presidente.
Me gustó mucho la comparación que hace Oscar Clemente en su artículo de este miércoles pasado sobre la derrota en las elecciones entre Bush padre y Clinton; y la derrota de Bush hijo, en estas recientes elecciones, transcribo parte del artículo: James Carville para explicar el triunfo de Clinton sobre Bush, el padre, en las elecciones de 1992. «Es la economía, estúpido», dijo Carville al hacer ver que la gente había votado tomando en cuenta la situación económica del país, el alto déficit fiscal y el estancamiento general de la prosperidad. Hoy, al día siguiente de la sonora derrota sufrida por los republicanos en las urnas, perdiendo el control de la Cámara de Representantes, y hasta el control del Senado, la explicación tendría que ser, parodiando a Carville, «es la guerra, estúpido.»
Entre las noticias que se han publicado en relación a la sentencia a muerte de Saddam Hussein, llama mucho la atención las declaraciones de Abdala Zamar Hassan, un comerciante de 49 años, quien dijo: «Ahora les espera una época oscura a los estadounidenses y a sus aliados iraquíes. Seguiremos manifestándonos, no porque somos sunitas, sino porque somos iraquíes. Nos gustaba la época en que gobernaba Saddam». Si viajar a Estados Unidos de América es peligroso, esta situación la complica más, Bush por pasársela de listo, estúpidamente está comprometiendo la tranquilidad y libertad de todos los estadounidenses.
Los demócratas aplastaron a los republicanos, perdieron la mayoría en el Senado, y con la victoria demócrata en Virginia, este partido alcanzó una ajustada mayoría.