¿Por qué es importante la economía para entender la seguridad? La economía es el estudio de la asignación de recursos escasos entre finalidades contrapuestas. La economía es esencialmente la ciencia de la elección. Se ocupa básicamente de las estrategias que maximizan los resultados y simultáneamente minimizan los aportes o recursos del sistema sujeto a restricciones tecnológicas. La economía de defensa proporciona por lo tanto formas de pensar sobre cómo podemos tomar decisiones eficientes relativas al uso de los activos de seguridad nacional para mejorar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. Una asignación de recursos más eficiente dentro del escenario de defensa nos puede permitir proporcionar o bien una mayor defensa o bien más bienes sociales, como salud y educación, con los recursos autorizados -respondiendo a la voluntad democrática del pueblo-.
La economía de defensa trata los problemas básicos generados al brindar seguridad nacional: ¿Determinan una eficiente asignación de recursos las decisiones tomadas por los funcionarios públicos sobre gastos militares?, ¿Contribuyen los gastos de defensa a la estabilidad?, ¿Cuál es la oferta y la demanda de defensa nacional?, ¿Cuál es la influencia del gasto de defensa en el crecimiento y desarrollo económico? Los conceptos clave de la economía de defensa han ido evolucionando con el transcurso del tiempo a medida que la teoría económica permitió ir resolviendo los problemas de políticas y los nuevos asuntos cruciales que fueron apareciendo.
Considerar cómo «producir» defensa en forma más eficiente es complicado debido a que la defensa es un bien público. Los bienes públicos tienen dos características claves: la no exclusión y la no rivalidad de beneficios. O sea, no es posible decirle a la gente que va a quedar excluida de la defensa nacional global; si una persona obtiene satisfacción de una defensa nacional fuerte esto no disminuye la cantidad disponible para un consumidor rival. Por lo tanto, a diferencia de lo que sucede con las manzanas por ejemplo, donde uno puede impedir que alguien las coma y el consumo de una persona reduce la cantidad disponible para los demás, existe una cantidad fija de defensa determinada públicamente; todos se benefician (o disputan) del mismo nivel. Esto hace difícil estimar una demanda de defensa, porque algunas personas se comportan como abusadores («free riders»), aprovechando la cobertura de defensa a pesar de que no estén necesariamente dispuestos a pagar por este bien. Un desafío para los responsables de la formulación de políticas de defensa es brindarle al público información sobre los beneficios de una defensa nacional fuerte y eficiente para que puedan tomar decisiones bien informadas dentro de las instituciones democráticas.
(Continuará)