Casi a la llegada del mediodía, se tuvo el conocimiento de un motín en la Cárcel de Máxima Seguridad El Infiernito, ubicada en el departamento de Escuintla.
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Al cierre de la edición del vespertino, los reos del mencionado centro carcelario, realizaron un motín, debido a que integrantes de maras querían tomar el control del lugar, por lo que se formó una gran confusión.
Según las llamadas de algunos reos de El Infiernito, los reos que realizaron el golpe, habrían quitado las armas a los guardias del Sistema Penitenciario que vigilan el lugar.
Una vez los reos hubieran obtenido las armas, hicieron varios disparos al aire. Según el relato de varios reos, se escucharon más de cien disparos, y, de acuerdo con estos testimonios, dentro de la cárcel yacen varios muertos.
Con relación en este tema, delegados de la Procuraduría de Derechos Humanos informaron que en el lugar hay ocho muertos.
Estos delegados pudieron dar fe de ello, ya que ingresaron al lugar para intentar mediar con los líderes de la revuelta, para permitir que se les preste atención médica a los heridos del hecho.
Asimismo, los representantes de los Derechos Humanos quisieron mediar con los cabecillas del motín, para permitir el ingreso de autoridades que impongan la paz en el centro carcelario.
Debido a este ingreso, de primera mano pudieron conocer que ya eran ocho los muertos.
Tomando en cuenta las declaraciones de algunos reclusos que lograron comunicarse al exterior por medio de aparatos de telefonía móvil, los reos manifestaban temor, ya que las autoridades no eran capaces de imponer el orden, por lo que el motín podría tener fines de venganza con reos de otros sectores.
Con esto, el motín podría ser el inicio de una masacre, entre integrantes de maras rivales, por lo que pedían el fin de este conflicto.
Mientras tanto, en las afueras de El Infiernito, elementos del Ejército Nacional esperaban para poder ingresar y tratar de imponer el orden.
Según los reos, el motín también podría estar motivado por reos de algunos sectores para poder exigir mejoras en el centro carcelario, ya que, de acuerdo con ellos, se viven condiciones infrahumanas, que van desde la falta de higiene hasta la falta de alimentación, por lo que hace que los días en El Infiernito sean, precisamente, eso: un infierno en pequeño.