Cuando los billetes escasearon


El año pasado, la falta de efectivo en el sistema bancario amargó la boca de quienes recibí­an el aguinaldo, pero no lo podí­an cobrar.

La celebración de las fiestas de fin de año de 2006 serán recordadas como la época en la que los bancos se quedaron sin papel moneda. Un año después, los cajeros automáticos y las ventanillas no tendrán ese problema, sin embargo, pocos guatemaltecos tendrán acceso a ciertos productos, pues como dicen las abuelitas «ahora no hay dinero que alcance».

Karen Cardona
lahora@lahora.com.gt

El 23 de diciembre del año pasado las extensas filas de guatemaltecos en las afueras de los bancos fueron el detonante de la crisis bancaria y la desconfianza en el sistema, provocado por el cierre del Banco del Café. Los cuentahabientes prefirieron volver a la costumbre de guardar el dinero bajo el colchón, antes de exponerse a ser expropiados de los ahorros de toda la vida.

En la actualidad la situación es al revés. Los bancos presentan cierta estabilidad, al menos el papel moneda existente es suficiente para cubrir las necesidades de quienes ya cobraron su aguinaldo, pero los precios de la canasta básica se han disparado hasta en un 30%. El pan, el pollo, las tortillas, las verduras y todos los alimentos en general son comprados a precios nunca antes vistos.

Según el ex presidente del Banco de Guatemala, Lizardo Sosa, el alza desmesurada obedece a los precios internacionales del petróleo, maí­z y trigo. «Cuánto costaba hace unos años una tortilla y mire ahora, la tasa inflacionaria interanual se mantiene en casi un 9%, pero es producto del precio del crudo», señala Sosa.

Aunque en términos de polí­tica monetaria no existe relación entre la falta de papel moneda del año pasado y la insuficiencia de los salarios en comparación con los inalcanzables precios de los alimentos, la vivienda y el vestuario, para los guatemaltecos de a pie, la crisis de la Navidad 2006 no será diferente a la de este año.

Menos tamales

La tendencia de los jefes de familia es gastar su aguinaldo en inscripciones y útiles escolares del próximo año, más que en comprar tamales y ’estreno’ para sus hijos. De hecho, los supermercados, a la par de los productos navideños, empiezan a ofertar papelerí­a y todo tipo de enseres vinculado al inicio de las clases.

Los tamales navideños llegarí­an a tener un valor de hasta ocho quetzales cada uno, mientras un pavo de siete libras alcanza casi los cien quetzales. A eso se suma los increí­bles precios de las verduras como el tomate, la cebolla, el chile pimiento y algunas semillas.

Azúcar y Etanol

Lizardo Sosa expone que si ahora los precios de la caña de azúcar y del maí­z parecen exagerados, qué precio podrí­an alcanzar estos mismos productos si se continúa impulsando la fabricación de etanol.

De esta forma, Sosa ilustra el problema energético que a nivel mundial ha generado el encarecimiento de la vida. Sostiene, además, que todo es parte de un proceso de adaptación de varios años, pues difí­cilmente se producirí­a una baja considerable en los precios internacionales del petróleo.

La crisis energética se refleja de forma distinta en la población que posee vehí­culo, pues según las últimas estadí­sticas, el consumo de gasolina se incrementó pese al alza en su precio. Quizás esta sea una respuesta de los guatemaltecos que prefieren, a toda costa, mantenerse a salvo, antes de abordar un bus del servicio colectivo.

Sin aumento salarial

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, la economí­a del paí­s creció durante este año 5.6%, producto de los constantes movimientos del consumo privado, reflejo de un elevado flujo de remesas familiares, a pesar de las deportaciones, que representan el 12.5% del Producto Interno Bruto (PIB) del paí­s, indica un informe.

Las expectativas de toda la población están presentes dentro de este informe, pues con el cambio de gobierno, también se espera que se mantenga la estabilidad macroeconómica y se den avances reales con polí­ticas sociales concretas. El informe apunta que, además, es preciso que el gobierno de la UNE presente una propuesta al Congreso sobre polí­tica tributaria, para que el Estado tenga ingresos estables y no temporales como el IETAAP.

Sin embargo, este estudio contrasta con la falta de consensos dentro de la Comisión Nacional del Salario, donde no se pudo proponer un incremento al salario mí­nimo. La última palabra está ahora en manos del presidente í“scar Berger, quien dí­as atrás mencionó que «el incremento al salario a través de acuerdo gubernativo es una chapucerí­a». Pese a su forma de pensar, considera que al momento de dar a conocer su decisión enviará un buen mensaje autorizando un aumento.

Casualmente, el informe de la Cepal también describe que el salario mí­nimo guatemalteco se redujo en un 1%, mientas la economí­a informal continúa proliferando en el casco urbano.

Remesas y deportaciones

Los guatemaltecos que esta Navidad no podrán compartir con sus familias porque residen en Estados Unidos siguen constituyendo el principal aporte económico del paí­s, a pesar de la falta de polí­ticas a su favor. Las deportaciones que durante este año sobrepasan los 40 mil guatemaltecos expulsados por permanecer en ese paí­s de forma irregular se han dejado sentir en el enví­o de remesas, a pesar de ello aún son parte fundamental del desarrollo de la nación.