El Grammen, banco de los pobres, busca beneficiar a mujeres organizadas del área rural a través de los microcréditos basados en la confianza.
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Mohammed Yunus, quien recibió en el 2006 el Premio Nobel de la Paz, por la labor que realiza desde hace dos décadas proporcionando microcréditos a las poblaciones más pobres, las cuales han quedado excluidas de los sistemas bancarios del mundo, oficializó hoy un acuerdo suscrito entre Banrural y su banco el Grammen.
El objetivo de la alianza y proyecto del Premio Nobel 2006 es implementar un modelo de economía ética, dentro de una base humana y social, con énfasis especial en dotar de microcréditos a grupos de mujeres organizadas con el fin último de combatir la pobreza.
El presidente de la república, í“scar Berger, y la primera dama de la nación, Wendy de Berger, recibieron a Yunus en el Palacio Nacional de la Cultura, en donde disertó sobre los argumentos que sostiene la política de microcréditos a nivel mundial.
En 20 años, el Grammen ha otorgado dos mil millones de euros (Q 20 mil millones) en microcréditos a familias de escasos recursos.
Según el Premio Nobel, en todas la regiones del mundo los problemas son los mismos, lo cual repercute en las mismas frustraciones de la población, esto se da a pesar de los esfuerzos efectuados por instituciones nacionales e internacionales que combaten la miseria, lo cual sugiere que el modelo actual es muy lento para alcanzar el progreso, apunta.
El proyecto del Premio Nobel según sus palabras, busca balancear el fallo del sistema financiero mundial, el cual consiente la existencia de prestamistas que llevan a puntos opresivos contra las comunidades más desposeídas.
El Grammen, a diferencia de las demás instituciones bancarias, no exige de sus clientes ninguna garantía, sino se basan en la confianza, lo cual permite un acceso fácil a los créditos. Los antecedentes dan cuenta que el 95 por ciento de los clientes de este proyecto son analfabetos, no obstante el Premio Nobel subraya que el modelo ha representado un retorno del ciento por ciento de los microcréditos, mientras que la banca regular tiene un retorno de alrededor del 85%.
El proyecto ha servido a su vez para estimular a las poblaciones a enviar a sus hijos a las escuelas y luego a la universidad, lo cual ha garantizado atacar los círculos históricos de la pobreza.
Hasta el momento el Grammen cuenta con alrededor de diez mil clientes en Guatemala, y para el año entrante esperan alcanzar un total de cien mil, lo cual podría beneficiar a más de un millón de familias.
El presidente Berger sostuvo que facilitar préstamos a comunidades pobres es una alternativa para impulsar el progreso de las comunidades, estimando que el programa presentado por Yunus debe ser impulsado masivamente en el país donde a las mujeres se les niegan los créditos.