Inician las vacaciones y algunos aprovechan la oportunidad para asaltar


Según datos de la PNC, los asaltos a los buses extraurbanos aumentan en estas épocas de fin de año.

En esta época cientos de personas deciden viajar al interior del paí­s en busca de descanso, sin imaginarse que a su paso por algunas carreteras podrí­an ser asaltados por individuos que aprovechan la oportunidad para despojarlos de sus pertenencias.

Ana Miza
lahora@lahora.com.gt

Palabras como: «Â¡Nadie se mueva, esto es un asalto!» son escuchadas a diario por quienes que van en el interior de los autobuses, sin poder hacer nada por impedir ser robados.

Según datos que maneja la Policí­a Nacional Civil con respecto a las denuncias que hacen los usuarios, se conoce que en noviembre y diciembre se incrementan los hechos criminales o robos en los buses extraurbanos.

De acuerdo con la PNC, las denuncias de los usuarios se registran especialmente entre la capital y Mazatenango, Suchitepéquez, Quetzaltenango, Sololá, San Marcos, Petén, entre otros, en donde la modalidad de estos grupos delincuenciales suele ser de tres o más malhechores, quienes a su vez portan armas de fuego, obligando a los viajeros a entregar sus pertenencias, como dinero, joyas, teléfonos celulares, mercaderí­a y otros objetos.

Henry López, subdirector adjunto de la PNC, agregó que este tipo de delitos van en aumento debido a que en muchos casos las personas no denuncian estos hechos.

Una de las maneras de actuar de los delincuentes es abordar de forma separada las unidades que van asaltar, y suben como cualquier otro pasajero, escogiendo los autobuses que van y vienen de los lugares más distantes de la capital.

López afirmó: «Ellos saben que la gente que viaja de sitios cercanos son viajeros frecuentes, que se movilizan por trabajo y no llevan bastante dinero. Pero los que se transportan de lugares apartados tienden a ser comerciantes que llevan efectivo o mercaderí­a».

Forma de operar

Los métodos de los antisociales son variados. Para abordar el bus, unos entran por la puerta de atrás y otros por la de adelante, para no ser notados.

Ya adentro, sacan las armas y ordenan al piloto que continúe conduciendo de manera normal, pero sin hacer paradas. A los pasajeros les dicen que no miren por las ventanas ni intenten pedir auxilio.

Si el grupo es de cuatro o más, uno se sienta atrás y otro adelante. El resto, sillón por sillón, pasa y obliga a los usuarios a entregar las pertenencias. Las van metiendo en mochilas y bolsas. Luego, hacen que el bus se detenga y bajan tranquilamente, donde cómplices los esperan en otro vehí­culo para huir del lugar.

Otros métodos

Hay grupos más violentos que golpean y disparan a la menor resistencia. Hay otros que obligan al piloto a tomar una ruta alterna, donde hacen que se estacione y despojan a la gente de sus propiedades. Incluso, abusan sexualmente de las mujeres.

Varias pandillas también son integradas en los hechos delictivos.

Algunos pasajeros que han sido ví­ctimas de atracos consideran que hay conexión entre asaltantes y algunos camioneteros, ya que a estos últimos no los despojan del dinero que han cobrado a los usuarios.

Uno de los conductores argumentó que alguna gente los vincula, pero algunos choferes y ayudantes han sido baleados por oponerse a los maleantes.

Finalmente, el subdirector agregó que durante enero a noviembre se han tenido alrededor de tres mil novecientas detenciones a causa de robos que han perpetrado en distintos puntos, tanto en la ciudad como en los departamentos y municipios.