Analistas presupuestarios dijeron hoy que el plan de los senadores demócratas para reducir el déficit y aumentar el límite de la deuda federal ahorraría 2,2 billones de dólares en un decenio, más que la propuesta republicana en la Cámara Baja, pero menos que lo prometido.
Con ambos proyectas empantanados, el Congreso, los mercados financieros y el público seguían nerviosos apenas días antes del plazo para evitar una mora en los pagos potencialmente desastrosa.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés) estimó que el plan del líder del bloque de senadores demócratas Harry Reid resultará en ahorros de más de 2 billones de dólares, unos 500 millones menos que lo que había prometido el legislador. La propuesta del senado, sin embargo, ahorraría más que el plan republicano de la cámara baja, presentado por el presidente de ésta, John Boehner.
La CBO dijo que la propuesta de Boehner ahorraría menos de lo anunciado — unos 850.000 millones de dólares, en lugar de los 1,2 billones prometidos originalmente. El estimado, unido a una creciente oposición de los conservadores en el partido Republicano, obligó a Boehner a aplazar una votación sobre la propuesta hasta el jueves.
Líderes republicanos y demócratas están tratando de conseguir un arreglo que pueda recibir la aprobación del presidente Barack Obama. El gobierno federal enfrenta la posibilidad de su primera mora en la historia si no hay un acuerdo para el 2 de agosto.
El análisis de la CBO del plan del Senado estimó que ahorraría 840.000 millones de dólares en gastos no bélicos por agencias gubernamentales. El análisis dijo que el plan reduciría los pagos de interés por el gobierno por 375.000 millones en una década. El grueso de las reducciones provendría de proyectados ahorros de un billón de dólares gracias a la reducción de la presencia militar estadounidense en Irak y Afganistán.
Pese al estancamiento de las propuestas — y a la hostil retórica partidista — las diferencias entre las dos partes están reduciéndose. El plan de Boehenr representa un cambio considerable respecto a una propuesta que la cámara baja aprobó la semana pasada, con aproximadamente la mitad de sus recortes obligatorios de gastos, por ejemplo. Y Reid no insiste ya en tener aumentos de impuestos como parte de cualquier plan para reducir déficit.