El difunto diseñador de modas Alexander McQueen dejó la mayoría de su considerable fortuna a organizaciones de beneficencia, pero también dejó dinero a sus hermanos, empleados domésticos y sus perros, según documentos difundidos ayer.
McQueen, una de las más grandes estrellas de la moda británica, se suicidó el año pasado días después de la muerte de su madre.
Los documentos revelan que el creativo, de 40 años, dejó un patrimonio valuado en cerca de 16 millones de libras (26 millones de dólares).
El diseñador dejó 250 mil libras (407 mil dólares) a cada uno de sus tres hermanas y dos hermanos. Su ahijado, sus sobrinos y sobrinas y dos empleados domésticos figuran con 50 mil libras (81.500 dólares) para cada uno.
McQueen, amante de los animales, también dejó 50 mil libras (81.500 dólares) para el cuidado de sus perros y dejó alrededor de 100 mil libras (163 mil dólares) para cada una de dos organizaciones benéficas que ayudan animales: el hogar para perros y gatos de Battersea y el hogar para animales Blue Cross.
Ambas brindan cuidados a animales abandonados y les ayudan a encontrar un hogar.
Kim Hamilton, presidenta de la benéfica Blue Cross, dijo que el grupo está «encantado» con el legado.
«Es un tributo conmovedor a su evidente amor por sus perros y su legado nos permitirá ayudar a varios miles de animales enfermos y sin hogar alrededor del Reino Unido», dijo Hamilton.
McQueen también dejó 100 mil libras (163 mil dólares) para el Centro Budista de Londres y la misma cantidad para la organización Terrence Higgins Trust, que promueve la salud sexual y prácticas de sexo seguras.
El modisto, reconocido por sus atrevidas y artísticas creaciones, dejó gran parte de su patrimonio para su organización Sarabande, con la sugerencia de que parte del dinero se use para becas del Colegio de Arte y Diseño de Central St. Martin, escuela de la que egresó.