Por el machismo y el sexismo que imperan en nuestra cultura y sociedad, las mujeres han sufrido abusos de toda clase. Y no solamente sufren el abuso del maltrato físico que deja huellas evidentes, también sufren abusos que son mucho más dañinos y dejan huellas que la mayoría de veces son difíciles de borrar.
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Maltratos verbales y psicológicos, tan destructores como la palabra hiriente proferida o la manipulación de la mente para obtener un fin. Abusos que pueden lograr desmoralizar a una persona, quebrantar su espíritu, y si se sufre durante un tiempo prolongado estos maltratos, pueden conducir hasta la muerte.
Estos maltratos pueden llevar a las mujeres a hacer actos que son ilegales, actos que por desesperación, y a veces por la fuerza, deben llevar a cabo. En caso contrario de no hacer lo que les dicen, las damas pueden ser objeto de agresiones físicas y verbales, amenazas, aislamiento y la muerte.
A este clima de terror debemos agregar un ingrediente más: la desinformación que hay sobre esta violencia que azota a las mujeres. La Hora intentó comunicarse con las organizaciones feministas «Fundación Sobrevivientes» y «La Cuerda» para obtener cifras estadísticas sobre la muerte de féminas, pero aseguraron no contar con el dato exacto.
Mientras, según estadísticas dadas a conocer por la Policía Nacional Civil (PNC), aproximadamente son más de 336 mujeres asesinadas este año. En contraste con el número proporcionado por esta institución, la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG), reporta solamente 261, según datos proporcionados por Ada Valenzuela, responsable de comunicación.
La violencia puede tomar muchos rostros, pero no hay nada más brutal y desolador que verla reflejada en el rostro de una mujer.