Abogado: Sospechoso podrí­a estar demente


abogado

El sospechoso de los atentados en los que murieron al menos 76 personas en Noruega asegura formar parte de una organización con varias células en paí­ses occidentales, pero el caso deja entrever que está demente, dijo el martes su abogado.

Anders Behring Breivik no está al tanto del número de ví­ctimas ni de la respuesta del público a la masacre que ha sacudido el paí­s, pero cree que la «operación» se desarrolla de acuerdo a lo previsto, dijo el abogado Geir Lippestad. En entrevista con The Associated Press, Lippestad dijo que el sospechoso preguntó cuántas personas mató.

Por KARL RITTER y BJOERN AMLAND
OSLO / Agencia AP

«Todo el caso indica que está demente», le dijo Lippestad anteriormente a reporteros durante una rueda de prensa.

Breivik admitió responsabilidad en el atentado explosivo en la capital del paí­s y de dispararle a jóvenes que asistí­an a un campamento del Partido Laborista en una isla. En total, 76 personas murieron en los dos ataques que han sacudido a la pací­fica sociedad noruega.

Sin embargo, el acusado se declaró inocente de los cargos de terrorismo al afirmar que actuó para salvar a Europa de lo que considera una colonización musulmana.

«El espera que esto sea el comienzo de una guerra que durará 60 años. Pero su mente está muy… bueno, no quiero comentar más sobre su mente, pero eso es lo que cree», dijo Lippestad a reporteros. «Se considera un combatiente. Y él empezó esta guerra y tiene cierto orgullo por eso».

El sospechoso tomó drogas para estar «fuerte, eficaz y despierto», reveló Lippestad. Breivik asegura que forma parte de una organización integrada por varias células en paí­ses occidentales, incluidas dos en Noruega, agregó el abogado. Dijo que la familia de Breivik no ha pedido verlo.

A la pregunta de si Breivik le daba instrucciones para su defensa, Lippestead respondió que no y aseguró que no lo aceptarí­a. El abogado confirmó que él está afiliado al Partido Laborista pero desconoce si el sospechoso lo sabe. Lippestead también le dijo a The Associated Press que desconoce por qué Breivik lo escogió.

Previamente, el ministro noruego de Justicia Knut Storberget indicó a los reporteros que empleados de su departamento siguen desaparecidos después de la explosión del viernes afuera de las oficinas de gobierno en Oslo y del ataque a tiros en una isla cercana. La policí­a tiene planeado empezar a publicar los nombres de los muertos el martes.

Hay mucho interés por la identificación de las ví­ctimas debido a que las autoridades noruegas redujeron drásticamente la cifra de muertos el lunes, al parecer debido a que realizaron dos veces el conteo de 18 cadáveres en medio de la confusión tras la masacre.

En un principio, las autoridades dijeron que 86 personas habí­an muerto en la isla de Utoya, pero ahora esa cifra se redujo a 68.

«Hay personas del Ministerio de Justicia que están desaparecidas, tenemos personas que fueron muy afectadas por lo ocurrido y no tenemos oficinas», dijo Storberget a la prensa.

Storberget también defendió la actuación de la policí­a cuando respondió a una pregunta sobre los errores cometidos.

La policí­a aceptó que tardaron 90 minutos en llegar a la isla de Utoya. La corporación no utilizó un helicópero debido a que toda la tripulación estaba de vacaciones.

Las ví­ctimas que llamaron a los servicios de emergencia durante la matanza recibieron la indicación de que colgaran porque las autoridades estaban ocupadas con el atentado explosivo en Oslo, según informaciones.

«Creo que la policí­a actuó bien en esta situación. Y también creo que actuó bien en los puntos en los que se han planteado las crí­ticas», expresó Storberget.

Cuando se le preguntó si la policí­a abrirí­a una investigación sobre su proceder, Storberget dijo que podrí­a ser posible en el futuro.

«Es muy importante que tengamos una discusión abierta y crí­tica sobre el proceder de todos los secores de la sociedad en esta situación… Pero cada aspecto necesita su tiempo y estamos totalmente concentrados y continuamos concentrados en la atención de todos los afectados», dijo Storberget.

Breivik afronta una sentencia de 21 años de cárcel por cargos de terrorismo, aunque ha dicho a las autoridades que no espera que lo dejen en libertad. La condena más severa que puede aplicar un juez en Noruega es de 21 años, pero pueden imponer sentencias especiales a presos considerados un peligro para la sociedad. Este tipo de reclusos reciben sentencias de 20 años que pueden ser renovadas de manera indefinida.