La pobreza y la desigualdad son dos de los problemas principales que enfrenta Guatemala. Sin embargo, no han concentrado los debates de los candidatos para las próximas elecciones. Según el Informe de Desarrollo Humano y Pacto Fiscal realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) seis millones de guatemaltecos viven en la pobreza y dentro de ellos, más de dos millones en pobreza extrema.
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Visión Electoral consultó a expertos de organizaciones internacionales, centros de estudios nacionales y organizaciones sociales sobre las causas y los posibles caminos de soluciones para atender esta situación.
El citado informe del PNUD asegura que en la sociedad guatemalteca, la exclusión es de carácter histórico y ha afectado a varios grupos, como indígenas, mujeres, población del área rural, juventud y niñez, lo que les ha relegado de los beneficios de la actividad productiva.
Según este estudio, la desigualdad en Guatemala presenta uno de los niveles más altos de Latinoamérica; como expresión de esto la riqueza, la propiedad y la tenencia de la tierra se encuentran concentradas en pocas manos.
De acuerdo con las cifras del estudio del PNUD, alrededor de seis millones de personas, un 57% de la población guatemalteca, vive en situación de pobreza; es decir, tienen ingresos aproximados de 16 quetzales diarios, unos 2 dólares americanos. De este grupo, el 27 por ciento, es decir, unos 2 millones de personas, forma parte de la población en extrema pobreza; que subsiste con menos de 8 quetzales al día.
Sobre este punto, Carlos Barreda, del Colectivo de Organizaciones Sociales (COS) afirmó en Visión Electoral que «la alta concentración del ingreso y del consumo en una minoría de la población, es una de las causas de la desigualdad en Guatemala».
«El ingreso está altamente concentrado, al no funcionar los mecanismos de distribución fundamentales, que son el salario, las políticas sociales de servicios públicos, y la política fiscal», aseguró Barreda
Según el COS, el 20% de la población con mayores ingresos concentra el 61% del ingreso productivo, mientras el 20% más pobre alcanza el 2.4%. El reto es que el crecimiento económico nacional además de ser sostenido sea equitativo y contribuya al desarrollo integral de toda la población; disminuyendo la brecha entre ricos y pobres.
Las causas y las soluciones
El PNUD define el «desarrollo humano» como el progreso económico de la sociedad para garantizar una mejor calidad de vida para los grupos humanos. La doctora Karin Slowing, responsable del informe del PNUD, aseguró que a mayor desigualdad existen menores oportunidades de competir.
«La desigualdad crea retos en la cohesión social en las distintas sociedades, resta oportunidades y crea barreras para grupos vulnerables», indicó Slowing.
Para María Isabel Bonilla, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), la principal causa de la inequidad es «la desigualdad de oportunidades para la población, que afecta al desarrollo de las comunidades».
«No todos los guatemaltecos tenemos el mismo acceso a oportunidades de educación básica y salud preventiva, por ejemplo. Esto provoca que unos guatemaltecos puedan desarrollarse más rápido y de una forma más eficiente, a diferencia de otros que no tienen acceso a estas condiciones mínimas», subrayó Bonilla.
De acuerdo con Carlos Barreda, del COS, a pesar que el tema es de suma importancia para el desarrollo del país, los partidos políticos no han presentado propuestas serias para frenar la desigualdad entre la población.
«Se habla de mayores recursos para educación, salud, seguridad y vivienda, pero no dicen con qué lo van a financiar», señaló Barreda.
Barreda indicó que las políticas para enfrentar la desigualdad deben contemplar varios aspectos y en particular los que tienen que ver con activar los mecanismos de redistribución del ingreso «en materia de salarios, pero también en materia impositiva y fiscal». «Para combatir la desigualdad hay que redistribuir la riqueza, no hay otro camino» indicó Barreda.
María Isabel Bonilla, del CIEN, coincide en la necesidad de atender la inequidad pero señala que «la redistribución de la riqueza no debe entenderse como expropiación, sino como igualdad de oportunidades para toda la población». «Se necesita una política de Estado en donde los recursos se focalicen en los grupos más necesitados, en una forma subsidiaria», afirmó Bonilla.
Finalmente, Karin Slowing, del PNUD, señaló que «es importante la participación del Estado a través de políticas que impulsen la reducción de la desigualdad, que dentro de una sociedad capitalista, es imposible eliminar. «Para reducir las desigualdades a cero, habría que hacer transformaciones de un corte muy profundo, y no parece que este sea el momento para realizarlo».
Carlos Barreda del Colectivo de Organizaciones Sociales.