Las rejas no son obstáculo


El centro preventivo para mujeres Santa Teresa impulsó un proyecto que busca la reincorporación de las reclusas en la sociedad.

La creatividad y el deseo de superación, ha motivado a las reclusas del preventivo de Santa Teresa zona 18, que aprendan y elaboren distintos trabajos manuales, de cerámica, cocina entre otros, que les permite generar ingresos monetarios tanto para ellas como para sus familiares.

Cindy Quintanilla

En dicho centro preventivo se impulsó el programa titulado «Guatemala emprendedora: Guatemala exitosa», en el cual se les imparte un curso a las mujeres reclusas en el que las entrenan y les enseñan como iniciar un negocio propio, además se les apoya para que lo inicien mediante una planificación previa.

Juan Carlos Molina, encargado del programa, indicó que con este programa se busca que las mujeres puedan reincorporarse a la sociedad aún dentro del preventivo, pues es el lugar donde inician un comercio de materiales que ellas mismas realizan.

Agregó que esto ha ayudado para que las féminas recluidas, exploten sus capacidades y mediante su creatividad elaboren bolsas, cofres, trabajos cerámicos entre otros, los cuales ellas mismas buscan los mecanismos para poderlos vender el dí­a de visitas.

Una oportunidad…

Karen España, quien guarda prisión desde hace cuatro años, explicó que este proyecto le ha dado una oportunidad, pues considera que cuando obtenga su libertad, podrá trabajar de los diferentes oficios que ha aprendido, entre ellos cocinar, elaborar tarjetas de foami, joyeros, cepilleras, entre otros.

Añadió que desde el preventivo ha podido crear sus propios ingresos, lo cual le da fortaleza, pues con ello puede ayudar a su familia.

Les darán préstamos…

Esta tarde cinco grupos de mujeres emprendedoras harán una presentación de sus diferentes planes de negocios, a la Fundación de Asistencia para la Pequeña Empresa (FAPE), a la Ministra de Gobernación y al Ministerio de Economí­a y con ello pretenden lograr que se les entreguen préstamos desde seis mil hasta 15 mil quetzales, los cuales serí­an utilizados para iniciar sus microempresas.

Este proyecto ha sido apoyado por la Unión Europea, quien ha pagado el curso valorado en 42 mil quetzales.