Por finalizar juicio


El juicio contra dos hermanos acusados del asesinato de una niña de 10 años, está por llegar a su fin, para hoy se tení­an previstas las ultimas conclusiones del caso.

Los hermanos Cardona Contreras enfrentan juicio por los delitos de asesinato y homicidio en grado de tentativa, ambos son procesados por la desaparición y el posterior hallazgo de una niña de siete años que fue enterrada en un terreno de la zona 18.

Gerson Ortiz
lahora@lahora.com.gt

El 19 de diciembre de 2002, la niña Hortensia Elizabeth Mendoza Rosales de 7 años se dirigí­a a entregar un pedido de tortillas, pero jamás regresó; la madre, que tení­a un negocio de venta de tortillas en la colonia San Rafael Buena Vista de la zona 18, comenzó una búsqueda por el lugar pero no la encontró.

Casi tres meses después, el 31 de marzo de 2003, varios niños jugaban por aquel sector y avisaron a las autoridades sobre el hallazgo de un cadáver que estaba enterrado en uno de los terrenos de aquella colonia, el cuerpo fue reconocido horas más tarde por Rosa Rosales, madre de la niña desaparecida.

Según el fiscal que conoció el referido caso, Alan Najarro, con la declaración del último de los testigos sugeridos por el Ministerio Público (MP), el juicio podí­a ir a conclusiones y de acuerdo al criterio del tribunal, se podrí­a además dictar sentencia.

Rosa Rosales, madre de la ví­ctima narró todo lo antes descrito, e indicó que «no podí­a creer que ellos fueran, pero al ver que tení­an problemas con otro niño ahí­ dijeron que ellos mataron a mi hija», subrayó.

La señora Rosales se refiere a los hermanos Rudy Fernando Cardona Contreras y Carlos Enrique Cardona Contreras, los cuales son sindicados también por el delito de homicidio en grado de tentativa en contra de Wilmer Alexander Garza de 11 años.

La vida después de la muerte?

Un año después del hallazgo de su hija, doña Rosa perdió a su esposo, el cual «se murió de tristeza por lo que le pasó a su hija más pequeña», actualmente vive con sus otras hijas pero le hace mucha falta «la más chiquita».

«Yo no entiendo por qué hicieron eso con mi hija porque era una niña que andaba trabajando», dijo la madre con un rostro de melancolí­a.

La madre con un casi inmóvil rostro de desconsuelo sólo quiere encontrar un respaldo en la justicia, «espero que se haga justicia con ellos, ya que no entiendo por qué lo hicieron, o qué querí­an», dijo finalmente.

El anterior ha sido uno de los pocos casos que se ha logrado llevar a juicio y se espera la sentencia del juez que podrí­a decidir hoy el castigo para los sindicados.