La conocida entidad que trabaja en pro del desarrollo, OXFAM International, ha alertado de manera impactante sobre el tema del hambre en el mundo, quedando Guatemala como uno de los ejemplos de un modelo de agronegocios muy exitoso en el plano de la competitividad de algunos monocultivos, como el azúcar y el café, en convivencia con un amplio volumen de población rural que vive en condiciones de pobreza.
Es así como hemos aparecido de nuevo ante la prensa internacional en llamativos espacios del periodismo investigativo, en The Guardian londinense, y en el renombrado Le Monde parisino, cuyos reportes resaltan la pobreza en hogares rurales del país, en convivencia con un sector de punta azucarero al que incluso, –y ese es comentario propio y no de OXFAM–, Chile y México le temen en los acuerdos comerciales.
Tanto OXFAM International como su oficina en Guatemala han cargado sus baterías, y en forma paralela con el documento que lleva como título “Cultivar un futuro mejorâ€, se ha divulgado el que se titula “Combatir el hambre en Guatemalaâ€, elaborado por Arantxa Guereña.
Dada la crítica situación mundial, que nadie discute, OXFAM dispara en contra de todo el mundo: la ayuda española al desarrollo, las negociaciones comerciales mundiales, las inversiones en biotecnología, y en fin en contra de la producción capitalista al más claro estilo del agribusiness, que es un modelo de millonarias sumas que incluso se une hoy en día a los nuevos proyectos energéticos. Sin embargo, a menos que el mundo desarrollado no promueva un replanteamiento de tal modelo, una discusión en esos planos de abstracción resulta no ser más que una catarsis oenegera.
En el informe de Guereña la panacea pareciera estar por el lado de: dotar de más ingresos del fisco a la seguridad alimentaria y en la promulgación de la “Ley de Desarrollo Ruralâ€. Con respecto a dicha Ley se plantea la creación de un nuevo ministerio: el de “Desarrollo Ruralâ€. Suena interesante como ejercicio, pero me pregunto yo si la propia cooperación internacional tiene claros los entuertos de tan complicada propuesta legal.
De lo que yo entiendo, el desarrollo rural y el urbano están hoy altísimamente imbricados, conjuntamente con lo que se entiende por “Desarrollo Localâ€. En tal sentido, un “Ministerio de Desarrollo Ruralâ€, en un país como el nuestro debiera hacer muchas cosas que ahora se hacen en otros entes alimentados con pisto público. Se requiere entonces de un replanteamiento de los fondos sociales (y del Fondo de Tierras por supuesto), aportes de IVA-PAZ, y otros, para que del mismo cuero salgan las correas, de lo contrario el fisco sería un barril sin fondo, financiando duplicidad de esfuerzos debido a exigencias políticas e ideológicas.
Simplemente, si se acepta la presión de aprobar tal iniciativa, tendríamos un nuevo bebé de Mamut con una estructura hiperburocrática que se adiciona a otras similares, sin mencionar en ningún lado una previa Reforma del Estado, ni estar acompañada de estudios serios de viabilidad económico financiera.
Se requiere entonces de un Estado refundado, orientado en su conjunto al desarrollo económico y social, y me late que se necesita de un replanteamiento de los aportes constitucionales y de todo un Estado que comprenda que la seguridad alimentaria es un objetivo vital para el desarrollo, de la misma manera que lo es la competitividad del país. Continuaremos.