Aziza Salima Musa Maldonado, hija y hermana, respectivamente, de los empresarios Khalil y Marjorie Musa, ultimados el 14 de abril de 2009 en la Avenida Petapa zona 12, adversa la hipótesis actual del Ministerio Público (MP) sobre el asesinato de sus familiares.

Hasta ahora, la hipótesis que el ente investigador ha sostenido sobre el crimen contra los Musa es que el asesinato fue ordenado por una deuda de Q300 mil que supuestamente el hoy fallecido no habí­a pagado a uno de los sindicados por negocios de tela robada. Aziza Musa criticó esa versión y señaló que hay “incongruencias” en la investigación.

Aziza Musa compareció esta mañana ante el Segundo Tribunal de Alto Riesgo, que procesa a diez hombres acusados de la muerte de los empresarios. La testigo fue propuesta por Felipe Antonio Escobar Sicán, supuesto autor intelectual del crimen.

Las primeras palabras de su declaración fueron: “Mi papá nos dejó un legado de valores y de principios y por respeto a ellos estamos totalmente indignados porque se le haya metido a él en lo de la tela robada. Yo quisiera llamar la atención a las investigaciones de la CICIG y del MP, de la calidad de persona que era mi papá”.

Aziza Musa declaró que durante la investigación, la CICIG entrevistó a clientes,  proveedores, amigos y familia y que todos coincidieron en que su padre era una persona “impecable”, dijo, además añadió que durante los años de existencia de su empresa “jamás hemos hecho un negocio fuera de la ley”.

“También quisiera exponer las incongruencias que ha habido en este caso y un poco el proceso: Yo me entrevisté varias veces con el comisionado, el doctor (Carlos) Castresana; la última vez que tuve una reunión con él fue el 9 de junio de 2010 en la cual el me indicó que la investigación estaba en su fase final y que ya sabí­an quiénes eran los autores materiales y quién habí­a dado la orden de disparar”, expuso la testigo.

Pero en su testimonio añadió que Castresana, entonces titular de la CICIG, le dijo que “lo que Rodrigo Rosenberg habí­a dicho en su video era verdad. Dijo que iba a dar declaraciones públicas antes de irse, pero que si él no las daba, el nuevo comisionado lo harí­a en su lugar. Esperamos y como no se dieron las declaraciones tuve una cita el primero de septiembre con el comisionado Dall’Anese (…) y me dijo que la investigación habí­a tomado otro rumbo y que la honorabilidad de mi papá no iba a ser comprometida”.

La hija del empresario fallecido insistió en que hay “demasiadas incongruencias en el caso” y dijo que estaban muy dolidos ya que su padre se habí­a dedicado a hacer lo correcto y a servir y amar a Guatemala.