El último presunto criminal de guerra serbio fue extraditado el viernes al tribunal de la ONU en La Haya después de que se le permitió visitar a familiares, incluida su madre enferma.
BELGRADO / Agencia AP
Goran Hadzic, de 53 años, está acusado de cometer atrocidades en el conflicto de Croacia de 1991 a 1995, incluida la masacre de unos 200 prisioneros de guerra croatas tras la destrucción de Vukovar, una ciudad al lado del río Danubio.
Un convoy de jeeps y vehículos de la policía salió con ex líder serbo-croata de la unidad de detención de la corte de crímenes de guerra de Serbia. Primero lo llevó al hogar de su familia en Novi Sad, a una hora de Belgrado, y luego al aeropuerto internacional de la capital serbia.
«En este momento el avión ya esta en ruta al tribunal en La Haya», dijo la ministra de Justicia Snezana Malovic a reporteros poco después de que el convoy llegara al aeropuerto.
Un avión pequeño Cessna despegó de la pista, según un fotógrafo de The Associated Press que estaba en el aeropuerto.
Malovic dijo había firmado la orden de extradición más temprano el viernes.
El convoy se detuvo en la ciudad norteña de Novi Sad, y un fuerte despliegue de policías bloqueó las calles cerca de la residencia de la familia mientras Hadzic entraba a visitar a su madre Milena, de 86 años, quien aparentemente sufre de demencia senil y está postrada en cama.
Otros familiares visitaron a Hadzic en prisión más temprano el viernes.
Hadzic fue arrestado el miércoles después de siete años prófugo. Fue descubierto por agentes serbios, quienes siguieron una pista de dinero que empezó en diciembre cuando asesores de Hadzic intentaron vender una obra de Modigliani.
Su arresto siguió la captura del ex general serbo-bosnio Ratko Mladic, acusado de genocidio, hace dos meses. A este se le permitió visitar la tumba de su hija horas antes de ser enviado La Haya.
La detención de Hadzic ha sido ensalzada como la clausura simbólica de un capítulo horripilante en la historia balcánica y un importante paso hacia la inclusión de Serbia en la Unión Europea.
Serbia enfrentó por años acusaciones de que no estaba haciendo suficiente para capturar a criminales de guerra.