A pocos días del primer cruce electoral, los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos descansarán durante Navidad y dejarán saludos para las fiestas en avisos de televisión no exentos de un trasfondo político.
Como se esperaba, todos los candidatos han despejado sus agendas de reuniones proselitistas al menos para el 25 de diciembre, aunque su primer enfrentamiento electoral en Iowa será apenas nueve días después.
Pero sus álter egos televisivos hablarán por ellos.
La estrella ascendente de los republicanos, el ministro bautista Mike Huckabee, ha causado polémica con un spot televisivo que ignora la corrección política y subraya fuertemente la dimensión cristiana de la Navidad.
Con «Noche de Paz» sonando de fondo, Huckabee invita cálidamente a los votantes a olvidar los anuncios televisivos «en su mayoría políticos (…) y recordar que lo que verdaderamente importa es celebrar el nacimiento de Cristo y estar con la familia y los amigos».
Al mismo tiempo, mientras la cámara gira a su alrededor, se empieza a notar detrás de su cabeza una biblioteca cuya silueta sugiere la de una cruz blanca.
El presidente de la Liga Católica, Bill Donahue, está indignado con este aparente guiño de Huckabee a los evangelistas.
«Lo que está tratando de decir a los evangelistas del oeste de Iowa es: ’Yo soy auténtico», dijo Donahue al canal de televisión Fox News. «Uno debe promocionarse con su agenda política, no con su religión».
Menos polémico y deliberadamente humorístico, el ex alcalde republicano de Nueva York, Rudolph Giuliani, vistiendo suéter rojo y camisa blanca, se muestra en su aviso junto a Papá Noel.
Sonriente, Giuliani enumera su lista navideña: «Deseo paz con fuerza. Fronteras seguras. Un gobierno que gaste menos de los que recaude. Impuestos más bajos para nuestras empresas y familias. Y de veras espero que todos los candidatos presidenciales puedan llevarse bien».
«Â¡Ho, ho, ho!», contesta Papá Noel. «Yo te seguí hasta esa última propuesta. ¡Ho, ho, ho!»
También recurriendo a la parodia, la demócrata Hillary Clinton en su aviso asume el papel de una madre cortando papel de regalo y colocando sugestivas tarjetas en los regalos de Navidad: una dice «Asistencia de salud universal», otra «Independencia energética» y una tercera «Traer a las tropas de regreso a casa».
«Â¿Dónde puse la pre-K universal? Ah, ahí está», dice tomando la tarjeta que se refiere a los servicios pre-preescolares.
Menos imaginativo y más familiar, su rival Barack Obama viste un suéter de lana y apuesta a la proximidad mientras se lo ve sentado junto a un árbol de Navidad. Su mujer, Michelle, y sus hijas Maila, de nueve años y Sasha, de seis, desean «Feliz Navidad» y «Felices fiestas».
«En estas fiestas recordemos que las cosas que nos unen como pueblo son más fuertes y duraderas que cualquier cosa que nos separe», dice Obama, aludiendo al tema de unidad y esperanza de su campaña.
En una nota más seria, el demócrata John Edwards se aparta del tono festivo de la ocasión y, vestido de sobrio traje y corbata, con un árbol de Navidad modestamente decorado de fondo, recuerda a los menos favorecidos, afirmándose en el tema de su campaña.
«Una de cada cuatro personas sin techo en nuestras calles es un veterano de guerra. Treinta y siete millones de estadounidenses viven en la pobreza. ¿Quién habla por ellos? Nosotros», dice el senador por Carolina del Norte.
«í‰sta es la época de los milagros, de la fe y el amor. Prometamos juntos: ustedes jamás volverán a ser olvidados».
Barack Obama
precandidato demócrata