Las cintas de Chaplin, amorosamente restauradas, siguen encantando al mundo


Charles Chaplin, en una de las escenas de su pelí­cula

Eternamente joven, Charles Chaplin, fallecido hace 30 años, sigue siendo popular en el mundo entero gracias a sus pelí­culas, disponibles gracias al trabajo de la Cinemateca de Bolonia, que las restaura, y de la firma francesa MK2, proprietaria del catálogo.


Tres décadas después de la muerte de Chaplin, el 25 de diciembre de 1977, la poesí­a burlesca de «La quimera del oro», «El chico» o «Tiempos modernos» resiste al tiempo, y las tribulaciones de su personaje de vagabundo tierno y disparatado pueden verse todaví­a en los cines de más de 40 paí­ses.

Pero a fines de los años 90, ese tesoro corrí­a peligro. Las copias de las pelí­culas habí­an envejecido, las obras no podí­an proyectarse en salas de cine, y los hijos del cineasta (cuyos intereses defiende la asociación Chaplin, con sede en Parí­s) buscaban la manera de darles una segunda vida.

En ese momento, las pelí­culas del director francés Franí§ois Truffaut, que también habí­an estado en peligro, fueron reeditadas en DVD por la firma productora y distribuidora parisina MK2.

«Esa edición de alta calidad nos permitió mostrar nuestra pericia, y situarnos como el equivalente en el sector de los DVD de la colección la Pléiade en la edición literaria», afirma Nathanaí«l Karmitz, que dirige MK2 junto con su padre Marin Karmitz.

Los herederos de Chaplin apreciaron ese trabajo y cedieron en 2001 a Marin Karmitz los derechos de explotación internacional de 18 grandes pelí­culas del cineasta. El monto de esa cesión no fue revelado, pero sí­ la condición que la acompañaba: que las pelí­culas puderan volver a proyectarse en los cines.

MK2 emprendió la restauración de las pelí­culas, realizada en la Cinemateca e Bolonia y en el laboratorio Immagine Ritrovata, y confió la gestión de la venta de los DVD en el mundo a la compañí­a Warner, aunque conservando su control editorial.

«Reunir los elementos necesarios para la restauración de una pelí­cula, encontrados en archivos o en posesión de particulares del mundo entero, puede llevar cinco o seis años», señala a Gianluca Farinelli, que dirige la Cinemateca de Bolonia.

Si el negativo original se ha perdido, hay que partir de copias de tirajes sucesivos, a veces de calidad mediocre, y «homogeneizarlas», atenuando las diferencias de contraste, pero guardando fidelidad al original.

Después de los largometrajes, Immagine Ritrovata, asociada al National Film and Television Archive de Londres y a la firma francesa Lobster, terminará en 2008 la restauración de 33 de los 35 cortometrajes (dos han desaparecido) de Chaplin producidos por Keystone en 1914 y 1915.

Desde 2001, unos 2,8 millones de DVD de las pelí­culas de Chaplin han sido vendidos en el mundo, 750 mil de ellos en España, 300 mil en Francia, 100 mil en Brasil…

La cifra de ventas en Estados Unidos (420 mil), en comparación con su mercado «es decepcionante: los norteamericanos tienen la memoria corta y poco interés por el patrimonio cinematográfico. En cambio, Chaplin sigue siendo sumamente apreciado en Brasil, en Argentina o en Japón», dice Karmitz.

Fiel a su promesa, MK2 hizo que volvieran a proyectarse en los cines las pelí­culas restauradas, con dos grades éxitos de taquilla: «El gran dictador», presentada en el Festival de Berlí­n en 2002, y «Tiempos modernos», que clausuró el Festival de Cannes el año siguiente.

«Reunir los elementos necesarios para la restauración de una pelí­cula, encontrados en archivos o en posesión de particulares del mundo entero, puede llevar cinco o seis años.»

Gianluca Farinelli

directora de la Cinemateca de Bolonia