La Casa Blanca indicó este lunes que el envío de Rusia a Irán de uranio tuvo lugar en concertación con Estados Unidos y constituye una razón adicional para que Teherán suspenda sus actividades nucleares más sensibles.
«Este envío de combustible brinda una razón adicional a Irán para suspender su programa nuclear» de enriquecimiento de uranio, dijo un portavoz de la Casa Blanca, Gordon Johndroe.
«Si los rusos suministran a los iraníes su combustible, los iraníes no tienen ninguna razón para enriquecer ellos mismos el uranio», añadió.
Rusia anunció el lunes que había comenzado a enviar a Irán el uranio que debe servir de combustible a la central nuclear civil que los rusos construyen con los iraníes en Buchehr (sur de Irán).
Esta entrega ocurre en momentos en que la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, presiona para que Irán suspenda sus actividades de enriquecimiento de uranio.
Simultáneamente con la construcción de la central de Buchehr, Irán desarrolla un programa que alarma a Washington y a una gran parte de la comunidad internacional.
Irán alega que ese programa de enriquecimiento es para suministrar combustible a sus futuras centrales nucleares civiles. Pero Estados Unidos está preocupado por la posibilidad de que esas actividades oculten la producción del material necesario para una bomba atómica.
Interrogado acerca de los temores de Washington, Johndroe respondió que Estados Unidos había sido informado por Moscú acerca de la entrega de uranio.
Señaló asimismo que la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) también estaba involucrada en el tema.