El arquitecto brasileño Oscar Niemeyer festejó sus cien años este sábado en su casa das Canoas, construida en 1953, en el barrio de Sao Conrado (zona sur de Rio de Janeiro), uno de los símbolos de la arquitectura moderna brasileña y hoy sede de la Fundación Niemeyer.
«Mi vida es normal. ¡No sé por qué duré tanto!», declaró el maestro Niemeyer durante una breve conferencia de prensa. «La vida no siempre es fácil ni generosa», agregó.
«Â¿Qué siento hoy? Placer en recibir a mis amigos presentes. Pienso en el pasado, en los amigos que se fueron y en aquellos que los reemplazaron, en esa lucha que representa la vida para el ser humano», agregó.
Durante cerca de dos horas recibió a cada uno de sus decenas de amigos, sentado en una terraza en el gran jardín tropical de la ’Casa das Canoas’ junto a su mujer y ex asistente, Vera Cabrera (de 60 años), y uno de sus nietos.
Vestido con un traje azul y una camiseta blanca, el creador de la ciudad de Brasilia apareció en buen estado, aparentemente contento de la fiesta que originalmente había rechazado. Las «conmemoraciones me quiebran los pies», había argumentado inicialmente.
Su torta de cumpleaños era una miniatura del Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi (la ciudad situada al otro lado de la bahía de Rio de Janeiro), construido en 1996.
«Tener cien años es una tontería», repitió el sábado, aunque luego afirmó que «la vida es más importante que la arquitectura».
Siempre fiel a sus convicciones comunistas, Niemeyer señaló que lo esencial era llevar «una vida decente, basada en la solidaridad».
«Me preocupan las desigualdades sociales. La lucha de clases es más importante que la arquictectura», dijo.
El decano de la arquitectura brasileña, autor de cerca de 600 obras realizadas en el mundo entero, está pese a su edad en plena actividad creativa. Actualmente tiene siete proyectos en curso de elaboración y otra decena cuya construcción está a punto de iniciarse en Brasil.
En el exterior están en desarrollo otros proyectos, entre ellos un centro cultural en Avilés (norte de España), un auditorio en Ravello (Italia), un parque acuático en Postdam (Alemania) y la embajada de Brasil en Cuba.
El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva anunció la semana pasada que 2008 será decretado «el año de Oscar Niemeyer».
El convaleciente líder cubano, Fidel Castro, elogia el libro «El ser y la vida» del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, que prologó y será lanzado en 2008, y lo felicita por sus cien años, en una carta que publicó este sábado el diario Juventud Rebelde.
«Muchas felicidades por tu cumpleaños. Que muchas personas vivan y disfruten como tus más de cien años», señaló Castro, de 81 años y alejado del poder hace 16 meses por problemas de salud, en la misiva que envió a su «amigo» Niemeyer el pasado 10 de octubre, según el rotativo.
«Te apoyo plenamente en tu ardua batalla por estimular el hábito de leer. Dices que sin la lectura el joven sale de la escuela sin conocer la vida», dijo Castro al «arquitecto de las curvas», al destacar que «El ser y la vida», le recordó el poemario «Ismaelillo», que el héroe nacional de Cuba, José Martí, dedicó a su hijo en 1882.
En la carta, el líder cubano subrayó que «leer es una coraza contra todo tipo de manipulación» y el «principal instrumento de lucha frente al poder devastador de las armas modernas que posee el imperio; desarrolla la mente y fortalece la inteligencia», «estimula el sentido crítico y es un antídoto contra los instintos egoístas del ser humano».
«Sin cultura no hay libertad ni salvación posible. Como te he escrito antes, sólo una mayor conciencia nos mantendrá firmes en nuestra voluntad de luchar por las ideas más justas y por la supervivencia de la especie humana», dijo Castro.
Bajo el título «Oscar Niemeyer, optimista y comunista cien por ciento», Juventud Rebelde le dedicó este sábado un artículo, en el que destacó su obra arquitectónica -más de 600 proyectos en todo el mundo-, y subrayó que, pese a sus cien años, «sigue aportando en este siglo XXI riqueza política, histórica, cultural y humana».
Niemeyer, que se ha encontrado con Castro tres o cuatro veces, la última en su estudio de arquitectura en Copacabana (Río de Janeiro), ha denunciado el embargo que Estados Unidos aplica contra Cuba desde 1962 como una política «odiosa» y subrayado que la revolución cubana es «un ejemplo» para toda América Latina.