Sumida en la violencia, Guatemala vuelve a provocar alerta en la prensa internacional. Suramericapress me ha hecho una entrevista, de la cual resalto tres preguntas y mis respuestas:
¿A su criterio, la trágica muerte de Facundo Cabral es un acto de terror político para crear miedo e intimidación ante la proximidad de las elecciones en el país o un crimen fortuito? Es muy temprano para sacar conclusiones.
La hipótesis del crimen por equivocación es tan válida como la interpretación de algunos de que la motivación sea política. Hay dos hechos concretos: es una acción del “crimen organizadoâ€, porque la ejecución por “escuadrón de la muerte†no es delincuencia común; y el acto ha tenido un impacto político muy fuerte, porque ha hecho recordar las estructuras paralelas para asesinar o desaparecer personas de la época represiva. Se sabe que muchas de ellas han pasado a engrosar las filas del “crimen organizadoâ€, así como que los kaibiles prestan servicio al cártel de los Zetas en México. En un país que ha sufrido la violencia hasta sus últimas consecuencias, el “magnicidio†de Cabral repercute en el plano político.
El general retirado Otto Pérez Molina ofrece ‘mano dura’ en contra de la delincuencia. ¿Será acaso el futuro gobernante ideal para pacificar el país? Otto Pérez puede ganar las elecciones, precisamente por ofrecer “mano duraâ€. Pero, en las condiciones fraccionadas del país, ganar las elecciones representa menos del 30% de apoyo real. Como no podrá “pacificar†y aumentará la violencia del Estado, la población le pasará la factura antes de un año. Si, encima, permite el ingreso de tropas de Estados Unidos, dicho entreguismo le acarreará un desgaste mayor, al estilo Calderón en México. En términos morales y éticos, Otto Pérez no debiese ser ni siquiera candidato, por no haber aclarado su participación en las campañas de genocidio y tierra arrasada en los 80; la desaparición, tortura y eliminación del Comandante Everardo de la URNG, siendo jefe de la G-2/D-2; y el asesinato del obispo Juan Gerardi. Bajo estas sombras, lejos estará de ser “gobernante idealâ€.
El movimiento político Winaq postula a Rigoberta Menchú a la Presidencia y según las encuestas publicadas se le otorgan pocas posibilidades de victoria. ¿Cuál es su observación? La candidatura de Rigoberta Menchú no es sólo de Winaq, sino del Frente Amplio. Con Winaq hay indígenas no revolucionarios y con la URNG-MAíZ indígenas revolucionarios, en un país con alrededor del 70% de indígenas. Observadores externos esperarían, así, una victoria de Rigoberta. Por diversos motivos, incluidas las campañas millonarias de los partidos de derecha, el silencio de los medios de comunicación, el racismo de nuestras capas medias y el recuerdo del terror en las poblaciones rurales, la mayoría indígena del país no llega a elegir según sus aspiraciones. Las propias encuestas juegan su papel. Uno es la forma de hacer las encuestas, que lleva a que las personas pobres sean invisibles, y otro es la manipulación por quienes pagan las encuestas. En 1995, Prensa Libre no daba al FDNG ni 1% en las encuestas a un mes de las elecciones; al final, obtuvimos el 8% en la votación real. No es descartable que del 1.7% que Rigoberta tuvo en junio, se llegue a más del 10% en la realidad.