EE.UU. niega acusación de Al Gore de frustrar éxito de conferencia de Bali



La Casa Blanca dijo este jueves que el Premio Nobel de la Paz, Al Gore, se equivoca al sostener que Estados Unidos es el obstáculo para el éxito de la conferencia de Bali, y que las declaraciones europeas sobre un posible boicot a una reunión sobre el clima en Hawai no son «constructivas».

La vocera de la Casa Blanca, Dana Perino, intentó minimizar las declaraciones sobre la posible ausencia de la Unión Europea en una conferencia sobre el clima organizada por Estados Unidos en enero, destacando que esa no parecí­a ser la posición oficial del bloque.

«Creo que se equivoca», dijo Perino a la prensa, que le pidió una reacción a las declaraciones del ex vicepresidente estadounidense, quien dijo que Estados Unidos era el principal obstáculo para un acuerdo sobre el clima en Bali.

Gore llamó al mundo a tomar medidas firmes contra el cambio climático sin tener en cuenta la posición de Estados Unidos, acusado de bloquear la negociación en la conferencia sobre el clima de Bali, que este jueves entró en su recta final.

«Voy a decirles una verdad incómoda: mi paí­s, Estados Unidos, es principalmente responsable de la obstrucción de las negociaciones aquí­ en Bali», afirmó Gore, provocando una gran ovación.

Por su parte, la Unión Europea advirtió que el bloque podrí­a no participar en una cumbre de los principales emisores de gases de efecto invernadero, organizada por Estados Unidos en Hawai en enero, si las negociaciones fracasan en Bali.

«Si fracasamos en Bali, no tendrí­a ningún sentido mantener esta reunión de principales emisores», afirmó Humberto Rosa, ministro portugués de Medio Ambiente, cuyo paí­s preside actualmente la UE.

«Obviamente, esos comentarios no son constructivos para una conversación donde todo el mundo quiere unirse en esta reunión para conversar sobre cómo enmarcar los pasos a seguir», sostuvo Perino.

La Unión Europea propone que los paí­ses industrializados reduzcan sus emisiones entre 25 y 40%, pero Estados Unidos y otros paí­ses desarrollados se oponen a que la declaración final de Bali incluya la más mí­nima referencia a esta cifra.