Un alto oficial del ejército libanés murió en ataque cerca de Beirut


Imagen de la destrucción que causó el atentado en Lí­bano, donde un general del ejército murió junto con su guardaespaldas.

Un general del ejército libanés vinculado al candidato favorito a la presidencia y responsable de las operaciones contra los insurgentes islamistas a mediados de este año, murió junto con su guardaespaldas hoy en un atentado en un suburbio cristiano de Beirut.


«El general Franí§ois el Hajj y su guardaespaldas murieron en la explosión», declaró un portavoz del ejército que solicitó el anonimato.

Poco antes, la policí­a y la Cruz Roja habí­an indicado que el atentado habí­a causado la muerte del general y de otras tres personas.

Franí§ois el Hajj era el jefe de las operaciones en el ejército libanés y habí­a supervisado el verano pasado (boreal) los mortí­feros combates entre el ejército y los islamistas del Fatah al Islam en el campo de refugiados palestinos de Nahr al Bared (norte de Lí­bano).

Era también un allegado del candidato favorito para la presidencia, el jefe del ejército Michel Sleimane. Según varias fuentes, era considerado un candidato para reemplazarlo después de su eventual elección a la presidencia.

El atentado se produjo alrededor de las 7:00 horas (23:00 horas de anoche en Guatemala) en Baabda, una zona cristiana al sudeste de la capital libanesa, en un contexto de profunda crisis polí­tica.

Un responsable de la seguridad declaró que un carro bomba habí­a estallado al paso del vehí­culo del general cuando se dirigí­a hacia el ministerio de Defensa, cerca de Baabda.

Su cuerpo fue propulsado fuera del automóvil por la deflagración y luego cayó en un precipicio.

Los soldados arrestaron a un hombre a pocos cientos de metros del lugar del atentado. Llevaba una barba espesa, un gorro y un abrigo beige. Se ignora si estaba implicado.

Los vidrios de los edificios cercanos se quebraron. Las ambulancias evacuaban a los heridos y los bomberos trataban de apagar las llamas de los vehí­culos que se incendiaron.

«El atentado está vinculado a los acontecimientos de Nahr al Bared» y «a la crisis polí­tica que atraviesa el paí­s», declaró un ex militar, Elias Hanna, amigo del general asesinado.

Los combates para recuperar el control del campo palestino dejaron 163 muertos entre los soldados y por lo menos 222 entre los islamistas, desde el 20 de mayo al 2 de septiembre.

«Era un oficial distinguido en todos los niveles: personal, táctico, estratégico, y se hubiera convertido quizás en el futuro jefe del ejército. Es por eso que representaba un blanco de gran importancia», agregó Hanna.

De acuerdo con el diputado de la mayorí­a parlamentaria antisiria Butros Harb, se trata de «una reacción contra el ejército» en momentos en que el general Sleimane parecí­a un candidato de consenso para la mayorí­a apoyada por Occidente y la oposición pro-siria.

Desde el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, en febrero de 2005, otras siete personalidades antisirias fueron asesinadas en atentados adjudicados por la mayorí­a parlamentaria a Siria, la antigua potencia de tutela de Lí­bano.

El general el Hajj es la primera personalidad militar asesinada.

Este atentado desencadenó numerosas condenas en Lí­bano y el extranjero, que advirtieron contra una mayor estabilización en este paí­s, que carece de jefe del Estado desde hace unas tres semanas.

Siria acusó a Israel.

«Israel y sus agentes en Lí­bano son los beneficiarios de este crimen, que costó la vida a una personalidad patriótica libanesa que cree en el ejército, defiende la resistencia y trabajó por un Lí­bano unido», afirmó un responsable citado por la agencia oficial siria Sana.

Este asesinato tuvo lugar mientras la elección presidencial en Lí­bano seguí­a paralizada después de una octava postergación, ayer, de la sesión parlamentaria que debe designar al jefe del Estado. Los medios polí­ticos afirman que es imposible organizar una votación antes de fines de este año, e incluso antes de la sesión del Parlamento que comienza en marzo próximo.

Futuro jefe

El general de brigada Franí§ois El Hajj, asesinado en un atentado el miércoles en Beirut, se perfilaba como el sustituto del actual jefe de las Fuerzas Armadas, Michel Sleimane, en caso de que éste sea elegido presidente de Lí­bano.

El Hajj, nacido un 27 de julio de 1953, era el jefe de las operaciones militares del ejército libanés.

El alto oficial se dirigí­a a su lugar de trabajo, la sede del ministerio de Defensa y la Comandancia del Ejército, cuando un coche bomba explosionó al paso de su vehí­culo en Baabda, una zona cristiana al sureste de Beirut, según fuentes de la seguridad.

Debido a la fuerza de la explosión, su cuerpo salió disparado del vehí­culo y fue a parar a un barranco.

El general de brigada «cayó mártir en la explosión», indicó un comunicado del ejército al añadir que ya se puso en marcha una investigación del atentado, en el que murieron al menos otras tres personas, según la Cruz Roja y la policí­a libanesas.

La agencia nacional de información libanesa precisó que otro de los muertos era uno de los guardaespaldas de El Hajj.

«Era un oficial distinguido a todos los niveles, personal, táctico y estratégico», afirmó su amigo, el general ya retirado Elias Hanna.

«Hubiera podido ser quizás el futuro jefe de las Fuerzas Armadas y por eso representaba un blanco de gran importancia», añadió Hanna en referencia al fallecido, un cristiano maronita oriundo del pueblo de Rmeich, en la frontera entre Lí­bano e Israel.

Para el militar retirado, El Hajj era «un luchador y una persona competente y su posición era la prueba de su capacidad».

«Era un gran hombre, amable y muy inteligente», comentó un responsable de los servicios de la seguridad que aseguró haber conocido bien al malogrado general, que estaba casado y era padre de tres hijos, un niño y dos niñas.

El atentado del miércoles no fue el primer ataque contra El Hajj, un hombre descrito como alto, delgado, de rostro enérgico y de mirada determinada.

A finales de los años setenta fue blanco de un ataque israelí­ contra su pueblo natal, según explicó el ejército libanés.

En cambio, se trata del primer militar asesinado después de la muerte del ex primer ministro Rafic Hariri, en un atentado en febrero de 2005 en Beirut al que han seguido otros ataques contra siete diputados y periodistas anti-sirios.

Todos esos crí­menes han sido imputados a Siria, que dejó en abril de 2005 su papel de potencia tutelar de Lí­bano que habí­a desempeñado durante 30 años.

Siria siempre ha negado su implicación en los atentados en suelo libanés.

El régimen de Damasco condenó el miércoles el asesinato de El Hajj señalando a Israel, su eterno enemigo, como el beneficiario de esa muerte.