La presidenta argentina Cristina Kirchner analizaba hoy con el director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, las condiciones de un acuerdo que permita renegociar la deuda en mora con el Club de París, que agrupa a países acreedores, dijo una fuente oficial.
Argentina adeuda unos 6 mil 500 millones de dólares al Club de París desde 2002 y la entidad exige un aval del Fondo Monetario Internacional (FMI) para iniciar las negociaciones con vistas a saldar ese débito.
Pero la flamante presidenta, al igual que su antecesor Néstor Kirchner, no quiere volver a someter a la economía del país a las auditorías del FMI luego de la cancelación anticipada en 2005 de una deuda de 9 mil millones de dólares con la organización financiera multilateral.
Según la fuente, Cristina Kirchner espera un gesto de Strauss-Kahn que destrabe la negociación con el Club de París, entidad que nuclea a 19 naciones industrializadas, entre ellas países europeos, Estados Unidos y Japón.
Strauss-Kahn, un socialista reformista francés que fue elegido en octubre para dirigir el FMI, conoce las críticas de los gobiernos de América Latina a la entidad.
«En Argentina, para muchas personas, el FMI es el diablo y hay razones para ello», reconoció en setiembre pasado durante una visita a Buenos Aires para promocionar su candidatura.
El ex ministro francés de Economía calificó en aquella visita como una «intervención catastrófica» el papel jugado por el FMI en los años 90 y en la debacle económica de Argentina en 2001 y 2002.
En su primer discurso como presidenta ante la Asamblea Legislativa ayer, Kirchner elogió la cancelación de la deuda con el FMI que llevó adelante su marido, y reivindicó la autonomía del país para trazar su propia política económica.
«De la política del ajuste permanente que caracterizó la década del 90 pasamos al otro, al Parlamento que aplaudía el ’default’ (moratoria). De la hazaña del ajuste a la hazaña de no pagar. Hemos logrado recuperar el equilibrio», afirmó la presidenta.
Argentina necesita saldar la deuda con el Club de París para favorecer el arribo de nuevas inversiones europeas al país, que registró un crecimiento económico de casi 45% acumulado desde 2002, pero que arrastra problemas como una inflación creciente y déficit en el área energética.
Las empresas interesadas en traer capitales al país sudamericano cuentan con líneas de crédito facilitadas por sus gobiernos cuando tiene como destino naciones sin deudas con el Club de París.
Antes de su encuentro con Kirchner, Strauss-Kahn mantenía una reunión con el flamante ministro de Economía, Martín Lousteau, y el presidente del Banco Central, Martín Redrado, donde uno de los temas en agenda era la reforma pendiente en los estatutos del FMI, indicó una fuente oficial.
El pasado fin de semana, varios mandatarios latinoamericanos fustigaron al FMI y al Banco Mundial, durante la firma en Buenos Aires del acta constitutiva del Banco del Sur, que se propone como alternativa a los organismos multilaterales de crédito tradicionales.
La entidad integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, tendrá un capital inicial de 7 mil millones de dólares, con los que pretende financiar obras de desarrollo e infraestrutura en la región.