El subcontratista estadounidense Alan Gross tiene una última oportunidad para que se le conmute o reduzca su sentencia de 15 años de prisión en una audiencia a efectuarse mañana ante la Corte Suprema de Cuba.
LA HABANA / Agencia AP
Gross, de 62 años, fue declarado culpable de introducir subrepticiamente equipo de telecomunicaciones a Cuba y está encarcelado desde que fue arrestado en diciembre del 2009. Su caso ha dañado más las relaciones entre la isla y Estados Unidos, minando los estancados esfuerzos por un acercamiento entre ambos países.
Gross trabajaba en un programa de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) para fomentar la democracia en Cuba cuando fue detenido. La Habana considera esos programas un intento de alentar el cambio de régimen.
Funcionarios estadounidenses dicen en privado que tienen pocas esperanzas de que la sentencia contra Gross sea conmutada luego de la audiencia del viernes. Sin embargo, consideran que la audiencia podría lograr otra cosa: abrir el camino para que el gobierno de Cuba le deje en libertad por razones humanitarias.
Algunos funcionarios cubanos han estado diciéndole en privado a sus contrapartes estadounidenses desde hace meses que simpatizan con los problemas personales de Gross, quien ha perdido unos 45 kilogramos (100 libras) desde que fue encarcelado. Su hija de 27 años tiene cáncer mamario, la madre de él también está enferma, su esposa se recupera de una operación y la familia se ha visto obligada a vender su casa.
Pero han indicado también que el proceso legal debe seguir su curso antes de poder considerar un perdón presidencial u otra forma de excarcelación humanitaria. Se espera que funcionarios consulares estadounidenses estén presentes en la audiencia del viernes, así como el abogado cubano de Gross.
El abogado estadounidense del detenido, Peter Kahn, emitió una declaración el miércoles diciendo que la esposa de su cliente, Judy, no podrá asistir porque aún se recupera.
No estaba claro cuál pudiera ser el fallo del tribunal supremo cubano después de la audiencia, aunque la corte usualmente emite sus decisiones en un par de semanas.