Partidos polí­ticos deben reestructurarse


Los partidos polí­ticos tienen mucho trabajo interno que debe implementarse paralelamente a la labor de saber hacer democracia.

Julio Donis

El desafí­o para la UNE, como partido que ganó las elecciones, será el de administrar el Estado, facilitar la legalidad que provee el mismo y gobernar, algo que no es de menor envergadura. Tiene la ventaja sobre la Gana de ser más partido de lo que era aquel cuando también obtuvo las elecciones hace cuatro años, sin embargo, esto mismo es un reto grande, el de mantener vigente dicha estructura partidaria.


Esa misma tarea la tienen las demás organizaciones polí­ticas, pero, además, jugando el rol de oposición. Les compete mantener viva a su organización, no cerrar la tienda para regresar el próximo proceso electoral, agregar contenido y motivación a la organización partidaria para que la llama no se apague, comprender que la dimensionalidad del partido es lo público; asimilar la contienda electoral y seguir adelante con la esencialidad de un instrumento como éste. En otras palabras, el partido compite por el poder, pero también debe saber hacer democracia, y eso implica ser partido.

Deben consensuar

Los partidos aún están construyendo su identidad, tanto la institucional como la ideológica, sin embargo, deben comprender que están llamados a vehicular la voluntad social, establecerla y movilizarla, lo cual constituye la desagregación de la tarea de organizar el conflicto de intereses sociales y polí­ticos, para aportar a la gobernabilidad democrática. Esto significa en una realidad cambiante como la de hoy, un abordaje correlacionador y consensuador entre instituciones públicas, entre representantes del mercado y entre la sociedad para alcanzar objetivos de nación y no de sector.

Tener liderazgo

El partido debe acoger el liderazgo polí­tico para dinamizarlo y comprometerlo con la noción pública para aportar soluciones a las contradicciones sociales. Dicha dirigencia del partido debe así­ mismo desarrollar madurez polí­tica desde la discrepancia para llegar al consenso. Debe generar debate, abierto, publico y diverso, divergir, oponer y luego agregar y distinguir los mí­nimos comunes que pueden convertirse en alternativas de amplia aceptación y consenso social.

Ser medio y no fin

Se requieren de partidos que se consoliden en medio de una realidad que se transforma dí­a con dí­a con igual diversidad de intereses que atender. Esta es una razón para ser medio y no fin porque jamás se tendrí­a una institución que cubriera todos los intereses. El entorno cambia. Finalmente, ser partido es preparase para ser Estado, y como tal es relevante investigar, entender y problematizar la complejidad sociocultural que rodea una nación para poder diseñar estrategias públicas que responderán a aquellos retos.

DCG, ANN, DIA y Frente

deben analizar su derrota

Los anteriores razonamientos pueden volverse alternativas y auto cuestionamientos para los partidos guatemaltecos, pero no todos podrán o querrán aprovecharlos; les propongo repasar dónde podrí­an estar los partidos hoy dí­a luego de las elecciones. En el caso de los que desaparecieron como la DC, ANN, DIA y El Frente, algunos estarán haciendo un análisis de su derrota que no sólo es electoral sino institucional. En el caso de la DC esa autoevaluación deberí­a ser obligada para un partido con un legado histórico. No faltará los que en un ciego afán de poder, estén maquinado cómo volver a crear el partido ví­a la adhesión de las bases a otras ficha partidaria, como seguir vigentes ofreciéndose a otro partido, compra de fichas, etc.

PAN, candidato a muerte prematura

El PAN presenta signos de debilitamiento y desgaste sufridos en el año; se resalta el costo de haber asumido la Presidencia del Congreso, la candidatura fallida de Arredondo. No olvidar que este partido dio origen a otros liderazgos que luego migraron a otros partidos, vaciándolo casi completamente. Este es un candidato para una muerte prematura.

Por la recomposición del espectro polí­tico

El Patriota está llamado a recomponer su organización y ser coherentes con el discurso de su lí­der, «se perdió la batalla pero no la guerra». Les toca revisar su estrategia de organización, evaluar los fallos del «vuelo de quetzal» y estructurar una oposición hábil y constructiva.

El Unionista es un partido que puede padecer enanismo. Nació con una expectativa más amplia, pero los lí­mites de su crecimiento se los impone el particular liderazgo cuasi paternal de su máximo lí­der, y el de los lí­mites geográficos de la ciudad capital.

Hay otros que prefirieron no arriesgar y continúan asomando la cabeza. Los Verdes siguen sin madurar por falta de una identidad plenamente asumida; el Movimiento Reformador debate el vací­o de liderazgo que dejaron inicialmente sus lí­deres fundadores, luego de haber pasado a puestos de gobierno con la Gana y últimamente la salida súbita de su Secretario General para aceptar una candidatura en otro partido. El MR es la organización mas débil de la otrora alianza Gana. Al partido del avioncito le toca bajar de la estratosfera o perderse de una vez en el espacio.

El FRG debe empezar a acuñar una nueva figura de liderazgo, el General no es eterno. Lo invertido en la expansión organizativa, especialmente centrado en el aumento de base joven y femenino debe ser fortalecido y reconocido. La URNG la tiene cuesta arriba, una sociedad conservadora es el campo en el cual hay que convertir piedras en flores, además, internamente su dirigencia debe asumir, reproducir y practicar la efectiva democracia interna, y por si fuera poco, replantearse la pregunta: ¿cómo ser un partido de izquierda con reglas de derecha?.

Encuentro por Guatemala es nuevo y como tal tiene mucho que recorrer para crear arraigo e identidad. CASA tendrá la contradicción de asumir el discurso extremo que expuso su candidato en las elecciones y que lo posicionaron en un sorprendente tercer puesto, o desarrollar uno propio.

Como se ve los partidos tienen mucho trabajo interno que debe implementarse, paralelamente a la labor que planteaba en los primeros párrafos, así­ es la tarea de la democracia cuando ésta llega tarde.