China y Francia firmaron hoy contratos comerciales por valor de 20 mil millones de euros, entre ellos un gran pedido para Airbus y el suministro por parte del grupo francés Areva de dos reactores nucleares, en el segundo dí­a de la visita del presidente Nicolas Sarkozy.

El contrato más importante es la venta de 160 aviones Airbus, principalmente de la familia A320, por un valor de catálogo de 17.400 millones de dólares (casi 12.000 millones de euros)

China ha encargado 110 aparatos de la familia A320 y 50 de la familia A330, tras unas largas negociaciones que concluyeron poco antes de la ceremonia de la firma de contratos, en presencia de Nicolas Sarkozy y de su homólogo chino Hu Jintao.

Entre los 50 A330 figuran diez aparatos que la compañí­a China Southern Airlines anunció a finales de octubre a expensas de aprobación por parte de las autoridades chinas y de sus accionistas.

En el ámbito nuclear, Areva venderá a China dos reactores nucleares EPR con el combustible necesario para su funcionamiento, por un valor global de 8.000 millones de euros, tras años de discusiones.

«Se trata de un contrato récord, no existe un contrato de esta talla en toda la historia nuclear civil», declaró a la prensa la presidenta del directorio del grupo nuclear, Anne Lauvergeon.

Los dos reactores, que deberán ser entregados a finales de 2013 y 2015, estarán en Taishan, en Guangdong (sur).

El acuerdo incluye también la creación de una sociedad común de ingenierí­a con el socio chino de Areva, el grupo público CGNPC (China Guangdong Nuclear Power Corp.).

CGNPC tomará además un 35% en tres minas africanas del grupo francés.

Además, Francia y China han acordado estudiar la posibilidad de crear un centro de reciclaje nuclear, evaluado en 15.000 millones de euros.

Otros acuerdos menos importantes fueron cerrados el lunes por el grupo francés de electricidad EDF, el gigante de transporte de contenedores CMA-CCM, la compañí­a de telecomunicaciones Alcatel Lucent y el laboratorio Sanofi-Aventis.

Antes de la firma de los contratos, Sarkozy y Hu Jintao continuaron sus conversaciones iniciadas el domingo, durante una cena calificada por la presidencia francesa como una «partida de ping-pong elegante y sin smash».

Aunque ambos dirigentes hablaron mucho de cooperación económica, ya que Sarkozy pide una reevaluación del yuan en un momento en que la balanza comercial bilateral beneficia cada vez más a China, las cuestiones internacionales y la ecologí­a fueron también abordadas.

«Hemos expresado juntos nuestro deseo de cooperar más en los ámbitos del cambio climático, la seguridad energética, el desarrollo sostenible y cuestiones de importancia regional e internacional», declaró Hu Jintao en una rueda de prensa conjunta con el presidente francés.

Sarkozy insistió en la necesidad de «reciprocidad» en las relaciones, y buscó la ayuda de China en el dossier nuclear iraní­ y la situación en Birmania.

Por otro lado, Sarkozy afirmó que el proyecto de referéndum en Taiwán, primer paso hacia una posible declaración de independencia, es una «iniciativa injustificada».

En el ámbito de los derechos humanos, el presidente francés «destacó los avances realizados desde hace 30 años y recordó el deseo de Francia de que haya más evolución, sobre todo en el terreno judicial, la actividad periodí­stica» y en lo concerniente a la pena de muerte.