A pesar de existir avances en materia educativa, analistas coinciden con informe que indica que Cohesión Social no ha logrado reducir los índices de pobreza en Guatemala.
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Q1,026 millones de quetzales, 307 municipios cubiertos y 935,028 familias, fueron las beneficiadas con el programa Mi Familia Progresa, a cargo de Sandra Torres; sin embargo, un informe de Acción Ciudadana (AC), indica que pese a la inversión, los niveles de pobreza no han disminuido.
De acuerdo a AC, el riesgo de manipulación política y ninguna incidencia en la reducción de la pobreza forman parte de los problemas detectados en Mifapro, y se recomienda transparencia e institucionalización.
Helmer Velásquez, director de la coordinadora de Cooperativas y ONG de Guatemala (Congcoop), estos programas han sido paliativos, sin embargo aseguran que han visto algunos resultados, como es en el tema educativo, por el aumento de inscripciones en el nivel primario.
“Estamos convencidos que los programas tienden a ser paternalistas, pues no fueron creados para generar producción, debiese de invertirse en la dinamización de la economía campesinaâ€.
Cristhians Castillo, analista del Instituto de Análisis e Investigación de los Problemas Sociales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), las condiciones de pobreza en el país hacen necesario este tipo de programas.
Sin embargo, este es un programa no acorde a las condiciones del país, la gran cantidad de personas que viven en pobreza y pobreza extrema, requieren de una inversión pública para superar la brecha de desigualdad que se vive en Guatemala.
Para Castillo, esto se debe a que este ha sido un programa asistencialista “los beneficiados están dejando de producir sus propios ingresos, por haberse acomodado a este tipo de ayudaâ€, lo que no contribuye a la reducción de la pobreza.