Gabriel Aguilera Peralta
Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad para Centroamérica (CEESC)
Es una singularidad que no quisiéramos tener. Guatemala se encuentra entre los países en que se registra mayor número de feminicidios.
El término indica asesinatos de mujeres y designa asimismo, una categoría especial de crimen. El concepto no está ajeno a controversia. Hay quienes sostienen que el creciente número de asesinatos de mujeres, corresponde a la elevación del número total de homicidios. En esa lógica, a más personas víctimas de crímenes contra la vida, corresponderá un porcentaje más elevado de féminas, en tanto que la mayoría de las víctimas son masculinas.
Sin embargo, lo que designa el término de feminicidio es una categoría delictiva especial, en la que la motivación para el crimen es el sexo de la víctima y el odio en contra de ese género. Se puede entender como muerte violenta de mujeres por ser mujeres. Ese crimen se particulariza por el sadismo con que se suele dar fin a las víctimas. La muerte suele ir precedida por tortura y violación. Es común el mutilamiento.
Uno de los proyectos de ley sobre ese delito lo define como «extrema manifestación de violencia dirigida contra las mujeres, que causa la muerte a cualquier mujer por su condición de mujer y la violación a los derechos humanos en todos los ámbitos, incluyendo el público como el privado, motivado por conductas misóginas derivadas del sistema patriarcal».
Existen diversas hipótesis sobre la causal de ese delito. Un relator de Naciones Unidas opinó que pueden ser parte de la «limpieza social» o sea las ejecuciones extrajudiciales. Otros lo atribuyen a las luchas entre pandillas. Pero también puede expresar una variedad sádica y misógina de la violencia general que afecta a la sociedad guatemalteca. Como los casos que se han esclarecido son mínimos, por ahora no se pueden comprobar las hipótesis.
¿Cuántas mujeres han sido víctimas?
En el año 2006 se registraron 582 casos, equivalente a cerca del 10% de todos los homicidios de ese período, lo que representa un aumento de 117% en la tasa de muertes de mujeres en un período de cinco años.
En el lapso entre el 2001 y el 2006 se documentaron 2600 casos de feminicidios. En comparación, en el mismo período, los asesinatos de mujeres acaecidos en Ciudad Juárez, México, que se han vuelto foco de atención mundial, llegaron a cerca de 500.
El problema causa preocupación a la comunidad internacional. El año pasado dos instancias de Naciones Unidas se ocuparon de la situación: Philip Alston, relator sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias y la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, informando sobre las actividades de su oficina en Guatemala, destacaron en su general duros reportes, en ese tema.
Quedan en la impunidad
Los feminicidios en la mayor parte de los casos permanecen en la impunidad. Al igual que sucede con los homicidios en general, la tasa de casos que son esclarecidos y sancionados por la ley es bajísima. Así, de 130 casos pesquisados en el 2006 se llegó a acusación en nueve de ellos (equivalente al 7%) y a emisión de sentencia condenatoria en cuatro procesos (o sea el 3%). Para los asesinos de mujeres, Guatemala parece ser un país que garantiza la impunidad.
Feminicidios requieren
atención inmediata
Es cierto que la situación de inseguridad en el país es, en general, crítica y que existen muchas prioridades. Pero los feminicidios son una categoría especialmente impactante de crimen y requieren atención inmediata. Como lo han hecho notar los representantes de Naciones Unidas, el Estado asume responsabilidad al no poder esclarecer los crímenes ni lograr evitar que sigan sucediendo.
Esto explica que en la agenda legislativa de seguridad que conocerá el próximo Congreso, figuren diversas iniciativas de ley sobre el tema. Ellas son la «Ley contra el feminicidio», la «Ley tutelar del derecho humano de la mujer a una vida libre de la violencia», la «Ley marco sobre violencia contra las mujeres» y la iniciativa de reformas al Código Penal para redefinir los delitos sexuales.
Todos los proyectos tienen contenidos similares, tales como incluir diversas formas de violencia sexual, a la vez se distinguen por los énfasis. Algunas de ellas lo ponen en la protección de las mujeres, otras en la categorización y penalización de los delitos relacionados con la violencia de género. Igualmente las propuestas se encuentran en diversos grados de procesamiento al interior del Legislativo, pero si alguno de ellos no se aprueba antes del fin de la presente legislatura, todos regresarán a comisión. Las mujeres parlamentarias, inclusive las recientemente electas, tendrán una prioridad en la promoción de esa ley.
El disponer de una norma específica sobre la cuestión, es un paso necesario para el combate a los feminicidios. Pero como sucede con otras normas penales, si no se mejora la investigación criminal conducida por el Ministerio Público y la Policía Nacional, no se obtendrá el objetivo más importante, que es esclarecer crímenes cometidos, consignar a los responsables a la justicia y proveer a los jueces de los elementos probatorios que permitan la imposición de penas.
El fortalecimiento del sistema de seguridad y justicia es un todo integral. La situación de inseguridad ha llegado a tal nivel que amenaza seriamente la gobernabilidad democrática. El nuevo gobierno debe, dentro del debido respeto a las normas democráticas, enfatizar el combate a las diversas modalidades delincuenciales, dentro de las cuales los feminicidios son una de las más condenables.
3,500 Mujeres asesinadas
en los últimos 5 años
Más de 3.500 mujeres han sido asesinadas en los últimos cinco años en Guatemala. 377 muertes violentas de féminas, de enero a octubre de 2007 registra la Policía Nacional Civil. Esas cifras fueron reveladas hace unas horas en la Sala Cervantes de Casa de América en Madrid, España, para denunciar a nivel internacional que el problema en Guatemala requiere de inmediata atención.
«Feminicidio en Guatemala: manifestación extrema de la violencia de género» se denominó la mesa redonda en la que se denunció la situación de inseguridad que viven las mujeres víctimas de la violencia de género en el país y del triángulo norte de Centroamérica, formado por Guatemala, El Salvador y Honduras, países en los que la violencia contra las mujeres ha alcanzado niveles alarmantes: 1200 tan sólo durante 2006.
La denuncia se produjo en el marco de las actividades preparadas para conmemorar el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer.
Segundo lugar a nivel mundial
Las cifras sitúan a Guatemala en el segundo lugar a nivel mundial donde más féminas son asesinadas, sólo después de la Federación Rusa que en 2002 reportó en sus registros 10 mil 716 mujeres muertas. Es decir, 14.1 asesinadas por cada 100 mil habitantes. El tercer sitio es Kazajastán, con 6.9 casos.
El problema ha afectado especialmente a jóvenes pobres y a madres. Según la Policía Nacional Civil, durante el 2007 ocurrieron varios asesinatos de mujeres al momento de ser acompañadas de sus hijos, quienes sufren daños emocionales al presenciar los crímenes.
En el 2006 los departamentos más afectados fueron Escuintla y Quetzaltenango, sin embargo, en el 2007 Chiquimula, Jalapa, Jutiapa y Petén reportaron los índices más altos de muertes violentas de mujeres.
Según el estudio Muertes Violentas de Mujeres, Niñas y Niños 2007, de la Comisión de la Mujer del Congreso de la República, la PNC sólo ha logrado la captura de 12 supuestos victimarios; no se registran casos llevados a juicio ni sentencias de hechos reportados en el presente año.
La premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú señaló que uno de los sectores más vulnerables en materia de derechos humanos en Guatemala es el de las mujeres, quienes mueren por violencia familiar o crímenes de odio, además la legislación en Guatemala es nula, sumada a una apatía por parte de las autoridades.
Campaña contra feminicidios
Mientras tanto, a nivel centroamericano se ha iniciado una campaña anual por la vida de las mujeres, tiene como objetivo promover en el movimiento sindical la toma de posición y compromiso en la lucha contra el feminicidio, que se asuma la denuncia a la violación a los derechos de las mujeres y generar propuestas para incidir en las políticas públicas y legislaciones nacionales que persigan detener la violencia y asesinato de féminas…