Los Angeles recibe a partir del miércoles su Salón del Automóvil anual dedicado en buena parte a los vehículos de lujo a los que son proclives los californianos, pero también a los coches «verdes» y económicos energéticamente, cuando el barril de petróleo roza los 100 dólares.
La muestra en la que se espera un millón de visitantes en 12 días es considerada como el segundo salón de Estados Unidos tras el de Detroit (Michigan, norte de Estados Unidos), que se celebra en enero.
La ciudad de Los Angeles (California, oeste), en la que 14 de sus 16 millones de habitantes conduce y donde cada hogar tiene en promedio 3,1 automóviles, se extiende sobre 12.500 km2 y está interconectada por cientos de kilómetros de autopistas.
Además, concentra las zonas más prósperas del país, como Beverly Hills, Malibu y Bel-Air, donde pululan bólidos italianos, limusinas alemanas y populares camionetas 4×4 estadounidenses.
«En Los Angeles el coche es más importante para la gente que en otros lugares del mundo. Aquí se es lo que se conduce, y el automóvil representa una nueva capa de ropa que uno se pone luego de vestirse», explica a AFP Leslie Kendall, curadora del museo automotor Petersen de Los Angeles.
El sur de California, creativa región donde se concentran los estudios de Hollywood y prestigiosas escuelas de artes aplicadas, también sedujo a una quincena de fabricantes automotores que instalaron allí sus centros de diseño, como es el caso de Mazda, Audi y Nissan.
Los organizadores del «L.A. Auto Show», cuyo discurso inaugural será pronunciado por el presidente de Ford, Alan Mulally, prometen exponer 14 novedades del mundo, incluyendo prototipos, y una treintena de «premieres» estadounidenses. Entre las novedades figurarán vehículos de la crema y nata de la producción europea: Porsche, Lamborghini, Ferrari o Jaguar.
Pero el estado de California, cuyo gobernador Arnold Schwarzenegger se ha erigido como un portaestandarte de la lucha contra el calentamiento global -acaba de demandar al gobierno federal para que se establezcan estándares ecológicos más estrictos para las industrias automotrices-, también es el lugar ideal para fabricantes deseosos de dar a conocer su compromiso ambiental.
En espera de recibir el trofeo al «coche verde del año», Cadillac presentará una versión híbrida (gasolina-electricidad) de su 4×4 Escalade, Honda competirá con un vehículo a hidrógeno y Volvo con un híbrido recargable de su coupé C30.
La moda actual de los automóviles económicos, de cara a un petróleo que ya flirtea con los 100 dólares por barril, se manifiesta también con la inserción del diesel, hasta ahora un combustible inusual en Estados Unidos.
Volkswagen expondrá su berlina Jetta equipada con este motor, adecuado para cumplir con las estrictas normas de California. BMW, Mercedes y Audi también anunciaron la llegada de automóviles diesel en su gama estadounidense 2008-2009.
Signo de un estremecimiento en los espíritus de los conductores norteamericanos, habituados desde hace decenios a utilizar imponentes vehículos rústicos y poco preocupados por su eficacia energética, Volkswagen eligió Los Angeles para presentar, en estreno mundial, un diminuto coche.
Su competidor, el Smart Fortwo, de dos plazas y que estará a la venta en Estados Unidos desde 2008 tras haber conquistado las grandes ciudades europeas, también podría llamar la atención de los visitantes.