Emisario de ONU visita prisión de Insein


Paulo Sergio Pinheiro, experto de la ONU, visita Myanmar, como observador de Derechos Humanos.

Paulo Sergio Pinheiro, relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Birmania, visitó hoy la cárcel de Insein, llamada «infierno» por ex presidiarios, mientras investiga el número de muertos durante la represión de las protestas contra la junta de septiembre.


Pinheiro, de nacionalidad brasileña, fue autorizado a volver a Birmania por primera vez en cuatro años.

El enviado de las Naciones Unidas, que llegó al domingo en una misión de cinco dí­as, visitó el lunes durante una hora la prisión de Insein, al norte de Rangún, calificada de «infierno» por los que estuvieron encarcelados allí­.

Al salir estaba acompañado de responsables gubernamentales y policí­as, indicaron testigos.

Pinheiro partió de Birmania por última vez en 2003, después de enterarse de que su reunión con un detenido polí­tico habí­a sido escuchada sin su conocimiento.

Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos pidieron al relator especial que hiciera todo lo que estuviera a su alcance para lograr la liberación de todos los prisioneros polí­ticos. El viernes pasado, Amnistí­a Internacional indicó que 700 de ellos seguí­an presos.

Antes de la visita a Insein, Pinheiro se entrevistó con funcionarios del ministerio del Interior de Birmania. Por la tarde se reunirá con responsables del clero budista, indicó a la AFP un responsable birmano.

En septiembre pasado, los monjes fueron los dirigentes de un movimiento masivo de protesta contra los generales en el poder, el más importante desde 1988.

Las fuerzas de seguridad birmanas reprimieron violentamente las manifestaciones, utilizando los métodos clásicos antimotines, pero también disparando balas reales.

Las autoridades sostienen que diez personas murieron, pero los disidentes y los diplomáticos extranjeros declararon que el balance seguramente era mayor. Miles de personas fueron arrestadas.

«Espero tener una estadí­a muy productiva», declaró Pinheiro a la prensa. Sin embargo, se negó a dar precisiones sobre su programa, que podrí­a ser modificado.

Este lunes debí­a viajar a la nueva capital, Naypyidaw, situada a 400 km al norte de Rangún, pero esta visita fue postergada, señaló el funcionario birmano.

Poco después de su llegada el domingo, Pinheiro visitó el monasterio de Kya Khat Waing en Bago, al norte de Rangún, donde habló con el principal responsable del establecimiento, indicó la ONU. Esta fuente precisó que el relator de las Naciones Unidas también se entrevistó con dirigentes de la célebre pagoda Shwedagon de Rangún, desde donde partieron numerosas manifestaciones en septiembre.

La visita de Pinheiro se produjo tres dí­as después de la de Ibrahim Gambari, enviado especial del secretario general de la ONU, quien señaló progresos con miras a la apertura de un diálogo entre la junta y la dirigente opositora Aung San Suu Kyi, bajo prisión domiciliaria en Rangún.

Según analistas, la junta trata actualmente de disminuir la presión internacional al aproximarse una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático en Singapur.