Este poeta guatemalteco nació en 1940 y desapareció en 1970. Vivió una parte de su vida en la Unión Soviética, en donde publicó en ruso sus primeros libros. Regresó a Guatemala al final de la década de los sesenta, en donde mostró una nueva facetas en los poetas guatemaltecos.
Demostró que la poesía podía salirse de los contextos amorosos e idílicos, y se podía adquirir una faceta más social y comprometida a la realidad, sin llegar a convertirse en un panfletero. He aquí uno de sus poemas.
Mis manos,
mis pies,
a los grandes sueños
habéis encadenado.
Mi corazón, mi sangre
he plantado con tu queja,
mis ojos
llenos de visiones
mis manos,
llenas de guijarros.
Mis manos,
mis pies,
a los grandes sueños
habéis encadenado
habéis encadenado?
A la campiña se va
si a uno le amanece doliendo
el hombre y su historia;
cuando él ya ha muerto
y no ha vuelto a nacer,
se va cuando todos
tienen atada la lengua
y se niegan a cantar.
Hay que apoyarse
en los muros de la noche
y el sueño de las campanas.
Despertaremos la ciudad,
la levantaremos,
educaremos sus ojos a la luz.