La Comisión Europea prevé una fuerte reducción del crecimiento para la zona euro en 2008 y 2009, fenómeno que será mucho más marcado en España, en una coyuntura de turbulencias de los mercados financieros y un petróleo y un euro fuertes, según cifras difundidas hoy.
Si bien la Comisión revisó levemente al alza su estimación de crecimiento en la Eurozona y España para 2007, a 2,6% y 3,8% respectivamente, un 0,1% más para cada uno respecto de su anterior estimación de septiembre pasado, el pronóstico de Bruselas para 2008 y 2009 es mucho menos alentador.
Mientras que para 2008 la Comisión apuesta a una expansión de la Eurozona de 2,2% del PIB (Producto Interior Bruto), su primera estimación para 2009 es de 2,1%.
En la misma sintonía, aunque España mantendrá un robusto crecimiento en 2007 por encima de la media europea, Bruselas pronostica una muy fuerte desaceleración para 2008 y 2009, a 3% y 2,3% del PIB respectivamente.
Entre los otras grandes economías de la Eurozona, Alemania también perderá fuerza (2,2% en 2008, contra 2,5% en 2007), al igual que Italia (1,4%, contra 1,9%), mientras que Francia podría esperar una leve recuperación (2% en 2008, contra 1,9% en 2007).
Para el conjunto de la Unión Europea (UE-27), Bruselas también espera una desaceleración del crecimiento a 2,9% en 2007 y 2,4% en 2008 y 2009.
«El horizonte se oscureció claramente a raíz de las turbulencias en los mercados financieros este verano, la desaceleración norteamericana y los precios elevados del petróleo», dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, al referirse a la nueva tendencia.
En efecto, al impacto ya apreciable de la crisis de los préstamos hipotecarios de riesgo («subprime») en Estados Unidos, se suma una coyuntura de altos precios del petróleo, con el barril de crudo evolucionando por encima de los 96 dólares.
El tercer elemento que perturba el horizonte del crecimiento europeo es la fuerte apreciación del euro, que alcanzaba el viernes un nuevo récord histórico por encima de 1,47 dólares, lo que afecta las exportaciones del bloque.
«El crecimiento económico se vuelve más moderado y los riesgos sobre las perspectivas aumentaron claramente», agregó Almunia, explicando sin embargo que el «impacto negativo debería ser limitado» a raíz de la fuerte expansión de la economía mundial y los sólidos fundamentos del espacio de la moneda única compartida por 13 países.
En cuanto a la inflación en la zona euro, Bruselas mantuvo su previsión sin cambios para 2007 en 2%, aunque la elevó para 2008 a 2,1%, contra un 1,9% antes. Su primera estimación de inflación para 2009 apuesta a 2%.
«En el frente de los precios, la inflación debería continuar siendo moderada, pero los riesgos aumentan», indicó Almunia, sin ocultar su preocupación por este indicador.
Los precios al consumidor en la zona euro subieron en octubre pasado a 2,6%, es decir la inflación más fuerte desde mediados de 2005.
En septiembre, el índice había sido de 2,1%, superando por primera vez desde 2006 el objetivo del BCE, que apunta a una inflación por debajo del 2%.