¿Civil o militar?


La UNE y el PP han preparado sendas celebraciones para compartir con sus seguidores el triunfo electoral, una de las dos organizaciones se quedará con la fiesta sin poder brindar.

Por sexta vez consecutiva, desde la apertura democrática, los guatemaltecos acudirán a las urnas este domingo para elegir al Presidente de la República entre un civil, el ingeniero ílvaro Colom, o un militar, el general Otto Pérez Molina.


Después de 21 años de la restauración de la democracia, que se instauró en el contexto del conflicto armado interno y de la transición de un régimen autoritario a uno democrático, los 6 millones de ciudadanos aptos para votar se encuentran hoy en la disyuntiva de apoyar con su voto a quien ofrece mayor desarrollo, ataque frontal contra la pobreza y generación de empleo o quien garantiza el combate a inseguridad como tarea fundamental en los próximos cuatro años.

«El panorama es difí­cil y tenebroso, la campaña no despertó elementos sobresalientes», afirmó Mario Guerra Roldán, ex magistrado del Tribunal Supremo Electoral, al comentar que la mayorí­a de los guatemaltecos no se siente atraí­da por ninguna de las dos opciones y que muchos podrí­an anular su voto.

Los sondeos de opinión revelan que la población está dividida respecto a si votar por un presidente civil o un militar. Un 46% cree que durante esos regí­menes habí­a más seguridad y el 43% considera que los civiles han demostrado ser más aptos para mejorar la situación del paí­s.

Según Carmen Aí­da Ibarra, de la Fundación Myrna Mack, el tema de la seguridad es fundamental en la decisión de votar por un militar. Aunado a ello, sostiene: «Estamos ante una renovada generación, los jóvenes de hoy no vivieron el conflicto armado, no tienen esa carga de temor frente a un gobierno de militares, aunque en este caso estamos hablando del retorno de un militar esperando que no sea el del régimen», afirmó.

Aunado a ello, asegura que los militares siempre han estado muy bien posicionados en la mentalidad de los guatemaltecos porque fueron parte del grupo de dominio en el pasado, el factor cultural e ideológico también hace que la mayorí­a se identifique con el Ejército y sus miembros, por ello se explica la aceptación que han tenido figuras como Efraí­n Rí­os Montt y ahora Pérez Molina.

Desde 1986 a la fecha los gobiernos han sido presididos por un civil: Vinicio Cerezo, Jorge Serrano, Ramiro de León, ílvaro Arzú, Alfonso Portillo, í“scar Berger y el próximo domingo sabremos si el nuevo mandatario es ílvaro Colom o se rompe la cadena y vuelve al poder el general Otto Pérez Molina.

¿Quién no celebrará?

Hace pocas horas dejaron de sonar en la radio las cancioncitas y por la televisión ya no se ve a los contendientes, ahora los dirigentes de la Unidad Nacional de la Esperanza y el Partido Patriota se aprestan a desplegar a sus miles de fiscales y a toda la maquinaria partidaria propia y de las organizaciones polí­ticas que se les sumaron en la segunda vuelta, con el propósito trasladar al votante a las urnas y defender con uñas y dientes cada uno de los votos.

La ciudad de Guatemala es estratégica para los candidatos por ser considerada como el principal distrito electoral, debido a que es donde radican la mayor cantidad de votantes: unos 650 mil según el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Hacia este sector la UNE intensificó su trabajo, mientras que el PP lo hizo en aquellos departamentos donde tiene debilidad, buscando el respaldo de organizaciones como el Frente Republicano Guatemalteco, la Gran Alianza Nacional, Gana, entre otros.

Las dos organizaciones han preparado una gran celebración, una de ellas se quedará con la fiesta, pero sin poder brindar.