¿Cuál es nuestra concepción del artista? Obviando todos los matices posibles, hay dos visiones del artista con relación a la producción como país. En primer lugar, es concebir que se puede apoyar al artista como tal, como una actividad autónoma del país. La otra postura es la de creer que el arte (así como el deporte) son la expresión de una sociedad, y que éste se dará a conocer sin importar el impulso que se le dé.
Las dos posturas son válidas y posibles, incluso al unísono en el país. A la primera, se le podría conocer como el arte oficial, el cual casi siempre es de gusto refinado, de carácter oficial y tradicional. El segundo, casi siempre, es un arte subversivo que busca atacar a la hegemonía y al arte establecido.
El problema fundamental aquí, hoy, para la celebración del Día del Artista Nacional, es reconocernos en este esquema.
Mucha gente, en particular personalidades relacionadas con el arte, se alegraron que el presidente í“scar Berger anunciara un incremento al presupuesto destinado al apoyo artístico, basándose en el reciente «éxito» de Carlos Peña.
Pero, como se mencionó en su oportunidad, es lamentable que un evento «extraordinario» venga a «despertar» la conciencia de que hay que impulsar el arte. Mientras tanto, otros artistas, desde sus trincheras, han estado desarrollando sus obras, pese a tener todo en su contra, incluso la falta de apoyo.
El arte debe ser parte de un programa de Nación, y no de una casualidad. El arte, así como el deporte, debe ser el reflejo de que un país «marcha bien», aunque, en caso contrario, casi siempre son los artistas quienes se encargan de codificarlo en formas estéticas.
Estamos, pues, muy lejos de que se tengan motivo para «celebrar» el Día del Artista Nacional, el cual surgió en conmemoración de un accidente trágico en donde murieron cantantes, poetas, presentadores, actores, etc. De cualquier forma, felicidades a las personas que de alguna manera ejercen el arte como forma de vida en Guatemala.