Ninguno se alzará con un triunfo abrumador


Franco Martí­nez

Escuela de Ciencia Polí­tica 

Universidad de San Carlos de Guatemala» title=»Franco Martí­nez

Escuela de Ciencia Polí­tica 

Universidad de San Carlos de Guatemala» style=»float: left;» width=»250″ height=»298″ /></p>
<p>Ante lo cerrado que analistas polí­ticos estiman que serán los resultados de la segunda vuelta electoral por la paridad en que se encuentran las dos opciones, en cuanto a la preferencia del electorado se refiere, consultamos a dos analistas polí­ticos sobre los posibles escenarios que en su opinión podrí­an producirse ante un eventual gobierno del Partido Patriota (PP) o de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE):</p>
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Escenario polí­tico ante un eventual gobierno del PP

De obtener la victoria electoral el Partido Patriota, se preverí­an los siguientes escenarios sociopolí­ticos y/o polí­ticas de Gobierno: Reconfiguración territorial, expansión geoeconómica, reduccionismo estatal y congelamiento social. La reconfiguración territorial, implicarí­a, sin lugar a dudas, una redefinición y reposicionamiento de las fuerzas de seguridad pública en regiones geoestratégicas del territorio nacional, como la Franja Transversal del Norte, la Biosfera Maya y las zonas fronterizas de Huehuetenango, San Marcos, Petén y el Nororiente del paí­s con miras a obtener un mayor control social, pero también resguardar corredores de tránsito comercial, narcotráfico y senderos migratorios. La expansión geoeconómica significa, en primer lugar, darle continuidad y ejecución a los «Megaproyectos», asi como otorgar un gran énfasis en la expansión comercial, agroexportadora y agroindustrial en regiones altamente claves para la producción de palma africana, caña de azúcar, bioetanol, producción maderera, instalación de hidroeléctricas, minerí­as, etc., esta expansión lógicamente favorecerí­a los intereses económicos de los grandes consorcios empresariales del paí­s, que a su vez, dominan la banca, el comercio, la industria y la agricultura. El reduccionismo estatal estarí­a reflejado fundamentalmente en la benevolencia del Estado con la iniciativa privada, fortaleciendo la figura del Estado contratista y/o concesionario, facilitando las condiciones administrativas, técnicas y jurí­dicas para la adjudicación de proyectos de infraestructura, telecomunicaciones, previsión social, seguridad alimentaria y desarrollo económico; además del recorte presupuestario a la Usac y el empoderamiento de las universidades privadas. Finalmente, se aplicarí­a una polí­tica de congelamiento social, caracterizada por la indiferencia y negativa por parte del Gobierno a dialogar, formular, ejecutar y verificar las polí­ticas públicas promovidas desde los sectores sociales, impidiendo así­, la efectividad y legitimidad de los procesos de intermediación y representación polí­tica en la toma de decisiones de carácter nacional.