Chile afronta envejecimiento de su población


Envejecimiento. La población chilena está padeciendo un fenómeno de envejecimiento, al tener el 11 por ciento de su población con más de 60 años. (ARCHIVO / La Hora)

Chile está viviendo una etapa avanzada de transición al envejecimiento demográfico con más del 11 por ciento de personas sobre los 60 años, de una población de 16 millones de habitantes.


Mientras la esperanza promedio de vida en el paí­s es de 78,5 años, diez años más que hace un siglo, las chilenas están teniendo menos hijos.

Hace 50 años, el promedio era de 4,5 por mujer en edad fértil y hoy la tasa de fecundidad nacional es de sólo 1,9 hijos, siendo el paí­s latinoamericano que presenta el menor número de descendientes.

Hasta 1960, el periodo del mayor rejuvenecimiento de la población chilena, habí­a 20 adultos mayores por cada cien menores de 15 años. Para el 2010, se calcula que será de 60/100.

Al parecer, esta situación es consecuencia lógica del desarrollo, significando que las personas viven más y con proyectos personales que privilegian más autonomí­a.

Se estima que en el 2025, la cifra de los adultos mayores de más de 60 años llegará a los 4 millones de chilenos.

REDUCCION DE NATALIDAD EN HOGARES DE MAYORES INGRESOS

En los hogares de mayores ingresos donde se concentra más fuertemente la reducción de la natalidad.

Un estudio del Centro de Polí­ticas Públicas de la Universidad del Desarrollo muestra que el 60 por ciento de los encuestados consideró que el precio que se debe pagar por una educación de calidad es lo primero a evaluar cuando piensan en tener hijos. Lo segundo, el tiempo que esos menores demandarán en su atención.

También influyen otros factores relevantes, como la entrada de la mujer al mercado del trabajo, el cada vez menor apoyo de la familia extendida y el cambio de prioridades femenino.

Los efectos en la baja de la natalidad y envejecimiento de la población todaví­a no se hacen sentir en Chile, pero con el tiempo ambos hechos tendrán impactos múltiples en educación, salud, economí­a y otras áreas de la vida del paí­s.

Algunos investigadores coinciden en que el proceso de envejecimiento de un paí­s no es reversible, como lo demuestra la experiencia de las naciones desarrolladas, donde pese a los incentivos estatales el número promedio de hijos sigue en dos.

La socióloga Margarita Marí­a Errázuriz aseguró que «una menor población económicamente activa significa una mayor dificultad para mantener el crecimiento del producto interno bruto».

Por su parte, el investigador del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, Dante Contreras, señala que la menor proporción de jóvenes finalmente va a afectar al mercado laboral.

«Primero, vamos a tener que mirar qué pasa con la tasa de participación de la mujer en el trabajo, que en Chile es muy baja, y eso dependerá de las polí­ticas públicas que se sigan. Una segunda fuente de mano de obra se podrí­a obtener a través de los inmigrantes de paí­ses vecinos, lo que obligarí­a además a considerar salud, vivienda y educación para ellos».

MAYOR GASTO PARA ATENDER A LOS ADULTOS MAYORES

Los adultos mayores tienden a ser dependientes en términos económicos y demandantes en forma intensiva de los servicios de salud.

En Chile se estima que el gasto que le significa al paí­s atender la salud de la población adulta mayor podrí­a cuadruplicarse para el año 2020.

Expertos indican que para el año 2018 la esperanza promedio de vida en Chile estarí­a en los 84 años y habrá que costear enfermedades más caras que las que pueden sufrir un joven o adulto.

El número de personas de mayor edad van a demandar mayores bienes y servicios, como mejor transporte público y más áreas verdes.

Otra consecuencia clave del envejecimiento será en el tema pensiones. Se anticipa que en el futuro va a haber mucha gente mayor y probablemente con pensiones muy bajas, por se necesitarán subsidios estatales para ayudarlos.

La profesora Errázuriz considera que Chile tiene una ventaja respecto de los paí­ses europeos, consistente en el cambio del sistema previsional desde un sistema de reparto a uno de capitalización individual.

Comentó que la proyectada «pensión solidaria» del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet darí­a derecho a jubilación al 60 por ciento más pobre de la población, lo cual tiene un costo que recaerá í­ntegramente en el presupuesto fiscal y eso va a ir en aumento en los próximos 20 años.

Si aprueba la reforma provisional, cuyo proyecto discute el Senado, representará un gran compromiso que el paí­s asumirá para las próximas décadas respecto del financiamiento de los viejos, cuando se manifieste el peso gran del envejecimiento.

COMPATIBILIZAR LA MATERNIDAD CON EL TRABAJO

Una encuesta socioeconómica del 2006 demostró que casi el 60 por ciento de los niños nacen en Chile en el 40 por ciento de los hogares de menores ingresos.

Por eso, el gobierno trabaja en programas sociales que ayuden a compatibilizar la maternidad con el trabajo.

Existe un proyecto de ley en el parlamento para perfeccionar el sistema de protección de maternidad, con la posibilidad de que la madre salga del trabajo a amamantar a su hijo una hora diaria, de traspasar las tres primeras semanas desde el pre al posnatal y la homologación de derechos de padres adoptivos con los de padres biológicos en el uso del postnatal.

Además, el gobierno impulsa un programa de salas cuna en todo el paí­s, cuyo número se ha multiplicado en el último año.

Por último, el Consejo de Equidad, que estudia cómo reducir la desigualdad en Chile, presentará sus propuestas en marzo del 2008, en las que incluye la protección de la maternidad y paternidad de los trabajadores.

En Chile, crece la conciencia de las consecuencias que tendrá obligatoriamente el envejecimiento de la población, tema que será objeto de atención de este gobierno y los que los sucederán en el futuro.