El presidente polaco, Lech Kaczynski, que hará frente el domingo a unas difíciles elecciones legislativas, puede jactarse de haber obtenido nuevas concesiones de parte de sus socios europeos evitando aparecer como la oveja negra de la Unión Europea.
«Polonia obtuvo todo lo que quería», declaró el jefe de Estado polaco tras el anuncio en la madrugada del viernes de un acuerdo sobre un nuevo tratado europeo en la cumbre de Lisboa.
La relativa facilidad con la cual Varsovia levantó sus objeciones sobre este acuerdo en el primer día de la cumbre sorprendió a algunos, ya que desde su llegada al poder hace dos años, Lech Kaczynski y su gemelo, el primer ministro Jaroslaw Kaczynski, se han forjado una sólida reputación de aguafiestas en la UE.
Pero el escenario fue conforme a lo que esperaban la mayoría de los analistas y diplomáticos en Varsovia: llegar con una determinación feroz, amenazar con un eventual veto y luego aceptar un acuerdo en la noche para mostrar que las negociaciones fueron muy largas.
Mientras que los liberales pro-europeos de Plataforma Cívica (oposición) son favoritos para ganar las elecciones legislativas anticipadas, era difícil para el partido conservador de los gemelos Kaczynski (Derecho y Justicia, PiS) arriesgarse a un fracaso y aislarse aún más en Europa.
«Es un éxito destinado al uso interno en Polonia. Está dedicado a los electores del partido de los gemelos Kaczynski para demostrarles que Polonia logró obtener el peso de un país grande en la UE», comentó a la AFP el politólogo Kazimierz Kik.
El viernes, en las últimas reuniones electorales en el sur del país, el primer ministro Jaroslaw Kaczynski también cantó victoria.
«Polonia obtuvo un enorme éxito. Obtuvo todo lo que lo que quería. Obtuvo el estatuto de un país grande europeo», afirmó.
En cambio, la oposición denunció una victoria aparente.
«La UE dio al presidente Kaczynski la posibilidad de no quedar mal parado», estimó Bronislaw Komorowski, vicepresidente del PO.
De su lado, el presidente del partido de campesinos PSL, Waldemar Pawlak, que podría aliarse a los liberales para formar un gobierno, reprochó a los Kaczynski haber luchado hasta el final por la oscura cláusula «Ioannina» sobre el sistema de voto por mayoría calificada, en lugar de ocuparse de «cuestiones económicas concretas».
En efecto, y tras ásperas negociaciones, los Kaczynski consiguieron garantías de longevidad de la cláusula «Ioannina» que permitirá a países en minoría bloquear durante cierto tiempo una decisión.
Los dirigentes europeos también aceptaron pedir a la Corte Europea de Justicia (CEJ) crear tres puestos de abogado general.
Uno de esos puestos estará reservado para Polonia, que había exigido una representación equivalente a la de los cinco grandes de Europa (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y España) en ese foro.