La historia de Charles Darwin, hombre especialmente destacado en la biología moderna, se encuentra inmersa desde hace 200 años en la investigación y uso del método científico. Darwin expuso su teoría en el texto El origen de las especies o con más exactitud El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida, publicada hace 150 años. Una obra científica de impacto. Fue revolucionaria en su época, y lo continúa siendo (fundamental en la lectura de todo ser humano) porque demuestra la diversidad de la vida. Su libro es un golpe para el pensamiento tradicional. Darwin inició sus estudios de medicina en Edimburgo y, descansa en la Abadía de Westminster en Londres. ¿Serán los contrasentidos de la vida o parte de la racionalidad?
ccaceresr@prodigy.net.mx
Este investigador británico no se propuso crear una batalla entre “creacionistas†y defensores de la teoría de la evolución o refutar la teoría bíblica de la creación. Su obra se refiere a que las especies tienen un antecesor común y se han desarrollado con base a la selección natural. En su libro El origen del hombre (Editores Unidos Mexicanos, 1976) expone: “Para afirmar que el hombre es el descendiente modificado de alguna forma preexistente, es menester averiguar si varía en sí mismo, por poco que sea en su conformación corporal y facultades mentales (…) y “En la formación corporal del hombre se descubren señales evidentes de su procedencia de una forma inferiorâ€.
La teoría de la evolución convirtió a Darwin –según sus detractores– en “hereje†(calificativo que imputan quienes se ostentan como poseedores de la verdad absoluta) y “mono†(plasmado en caricaturas por los eternos impulsores de la violencia). La agresión era para desacreditar argumentos de Darwin cuyo pensamiento modificaba el fundamentalismo existente. Ningún adjetivo denigró a Darwin. Por el contrario, en 2009 amplios sectores de la comunidad internacional, celebraron el bicentenario de su nacimiento. Pero hubo también otro investigador británico, Alfred Russel Wallace, quien con sus estudios llegó a las mismas conclusiones de Darwin.
Es difícil señalar que Darwin escribiera, en especial, refiriéndose a un enfrentamiento con el planteamiento de ideas religiosas, básicamente cuando señala que el incremento de probabilidades de desarrollo son azarosas (la supervivencia del más apto); además, la afirmación de un cambio constante de los tipos biológicos, la lucha por la existencia y supervivencia y la adaptación a medios naturales específicos (selección natural). Este pensamiento tuvo influencia en otros pensadores vinculados a la ecología y ecología humana, entre ellos, Ernst Haeckel y sus planteamientos: un organismo no puede concebirse aislado de otros o de su ambiente (la ecología se constituye por especies –animales y plantas– pues son elementos en interacción).
Inmerso en la metodología científica, Darwin viajó por las islas Azores y Cabo Verde, Tahití, Nueva Zelanda, Australia, Mauricio y Sudáfrica, entre otros lugares, y comenzó su «segunda vida», como él mismo la definió, dedicada a la investigación y la ciencia. En Sudamérica (Chile, Argentina y Ecuador, en la embarcación HMS Beagle) con el propósito de observar y descubrir aspectos vinculados con la biología, entre otros factores, ubicó la existencia de árboles petrificados y evolución de la fauna en islas Galápagos. “La mayor parte de los seres que en ella viven –dice– son aborígenes y no se encuentran en ninguna otra parte… (es) la primera aparición de nuevos seres en el globo que habitamosâ€. Darwin con su planteamiento evolucionista rompió paradigmas y creó bases científicas para un pensamiento libre de ataduras dogmáticas (la naturaleza tiene facultades no necesariamente divinas).
En el caso de Guatemala se debe señalar la existencia de una diversidad biológica como consecuencia de un proceso evolutivo, para el cual transcurrieron millones de años y fue moldeado por procesos naturales en los que el factor básico es el ser humano.
En la actualidad, continúa el debate –después de generar controversias en una sociedad victoriana– con relación a la teoría evolucionista de Darwin. Por esta razón, para algunos representa años de negarlo oponiendo posiciones religiosas; para otros, es un estudio necesario pero áspero. Lo que puede afirmarse es que Darwin planteó un cambio de paradigma no sólo biológico, como él lo concibió, sino con implicaciones filosóficas. Por lo tanto, es necesario su estudio. Así lo entienden diversas religiones, especialmente la católica. Y sin embargo, planteó Darwin, no hace falta un poder sobrenatural para explicar el origen de las especies. Nadie debe sentirse agredido. Es parte del diálogo actual entre religión y ciencia.