Las negociaciones para conseguir la liberación de los cuatro trabajadores del Comité Internacional de la Cruz Roja secuestrados por los talibanes el miércoles comenzaron hoy en el centro de Afganistán.
El gobernador del distrito de Sayed Abad (donde se produjo el secuestro), Anayatulá Mangal, confirmó el inicio de las conversaciones con el grupo de secuestradores y afirmó que se ha descartado toda intervención del ejército.
«Estamos en contacto con los secuestradores gracias a la mediación de los jefes de las tribus y de personas de gran influencia», explicó Mangal. «La cuestión debe resolverse a través de la mediación de los jefes tribales», añadió.
Por su parte, el CICR aseguró este viernes en Kabul haber entrado en contacto «con el grupo armado que les ha secuestrado» (a los empleados del organismo), según la portavoz Graziella Leite Piccolo, que no ofreció ningún dato del grupo.
Los cuatro miembros del CICR fueron secuestrados el miércoles cuando viajaban en la provincia de Wardak, por la carretera principal que une Kabul con Kandahar (a unos 50 km al sur de la capital), conocida por ser muy peligrosa y atacada a menudo por los talibanes.
Los empleados (un birmano, un macedonio y dos afganos) habían salido en misión para mediar en la liberación de un ingeniero alemán de 62 años y de cuatro colaboradores afganos, secuestrados por los talibanes desde hace más de dos meses.
El portavoz talibán Yusuf Ahmadi, que reconocido a la AFP que tienen retenidos al alemán Rudolf Blechschmidt y a sus colaboradores afganos, negó que sean los responsables del secuestro del equipo del CICR. «No nos responsabilizamos de estos secuestros», dijo.
En Kabul, un delegado del CICR aseguró además que no existe ninguna relación entre este último secuestro y el del ciudadano alemán.
El CICR recordó que su política es la de no pagar rescates. En las últimas semanas, diversas informaciones apuntaban a la posibilidad del pago de un rescate para conseguir la liberación, en agosto pasado, de 21 rehenes surcoreanos, tras las negociaciones en las que el organismo internacional jugó un papel fundamental.
Los talibanes han recurrido a la política del secuestro de ciudadanos internacionales para presionar al gobierno del primer ministro Hamid Karzai y a sus aliados internacionales.
Por otra parte, el jefe de la policía de la provincia de Nimroz (oeste), Mohammad Daud Askaryar, anunció este viernes la liberación de dos empleados del ministerio de Desarrollo Rural y de su chofer, que fueron secuestrados hace 15 días. Cinco personas presuntamente implicadas en el asunto han sido detenidas.