Israel duda en lanzar una operación de gran envergadura en la franja de Gaza pero afirma su determinación a continuar efectuando ataques circunstanciales, que en 48 horas causaron la muerte de 13 palestinos.
Sin embargo, estos ataques y las amenazas de cortar el agua y la electricidad en Gaza, a la que Israel decretó «entidad hostil», no parecen impresionar a los grupos armados que continúan disparando cohetes hacia el sur de Israel.
Los disparos palestinos incluso se intensificaron después de que Israel rechazase una propuesta de tregua del movimiento islamista Hamas, que tomó por la fuerza el control de la franja de Gaza el pasado 15 de junio.
El viernes, un alto responsable militar israelí indicó que el ejército no prevé una «operación de envergadura inminente» en la franja de Gaza, evacuada por los soldados y los colonos israelíes en 2005.
El ejército israelí «no prevé una operación inminente pese a que tal operación no puede ser descartada teniendo en cuenta la intensificación de los disparos de cohetes», declaró a la AFP este responsable que pidió mantener el anonimato.
Según la radio militar israelí, «el ejército excluye tal operación antes de la celebración de una reunión internacional» que Estados Unidos quiere organizar en noviembre, por temor a que tal ofensiva ponga en peligro la reunión sobre Oriente Medio.
En opinión del viceministro de Defensa, Matan Vilnai, entrevistado por la radio, «la conferencia es un factor entre otros a tener en cuenta antes de lanzar una operación a gran escala».
Vilnai subrayó por el contrario que el ejército continuará efectuando ataques puntuales contra los grupos armados que disparan cohetes, considerando que esta táctica es efectiva a largo plazo.
Según la prensa israelí, la tensión en la frontera siria a raíz de un misterioso ataque aéreo israelí el pasado 6 de septiembre es también un factor disuasivo, ya que Israel no quiere encontrarse enzarzado en dos frentes.
Sin embargo, la prensa considera que si uno de estos ataques palestinos causa de nuevo víctimas entre los civiles israelíes, una operación de envergadura del ejército israelí sería inevitable.
El miercoles, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, amenazó con una gran operación en Gaza para hacer cesar los disparos.
«Nos acercamos a una operación de envergadura después de los disparos de cohetes Qassam. Hay que debilitar al régimen de Hamas y su control en Gaza», afirmó.
«Esta operación no es sencilla», advirtió sin embargo.
La aviación israelí efectuó ataques aéreos el miércoles y el jueves en la franja de Gaza causando 13 muertos, 11 combatientes y dos civiles palestinos. Entre los muertos, figuraba un jefe del Ejército del Islam, un grupo que reivindica relaciones con la red islamista Al Qaida.
El presidente palestino Mahmud Abas condenó vivamente estos ataques, mientras Hamas amenazó con vergarse.
Israel y los palestinos podrían firmar un acuerdo de paz en los seis meses siguientes a una conferencia internacional de paz en noviembre, dijo hoy el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.
«La reunión en noviembre debería definir los principios que fijen las cuestiones sobre el estatus final (de los territorios palestinos)», dijo Abas en una entrevista en Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de la ONU.
«Luego comenzaremos negociaciones sobre un calendario que no debería exceder los seis meses, para alcanzar un acuerdo de paz», añadió.
El líder de la Autoridad Palestina, que se ha reunido con varios mandatarios extranjeros durante su estadía en Nueva York, dijo que la conferencia de paz auspiciada por Estados Unidos comenzaría el 15 de noviembre en Washington.
«Hemos notado que todos los países del mundo están interesados en esta reunión y tienen grandes esperanzas de que tenga éxito», añadió.
Abas dijo que los negociadores palestinos e israelíes comenzarían a preparar ese encuentro en los próximos días.
«Queremos preparar un acuerdo marco en el que se definan principios claros y sin equívocos, que servirá como base al acuerdo. Inmediatamente después de la reunión internacional, iniciaremos las negociaciones sobre la base de ese documento», explicó.
Las cuestiones clave en las que convergieron las precedentes conversaciones entre palestinos e israelíes son entre otras las fronteras del futuro Estado palestino, la suerte de las colonias judías, Jerusalén, los refugiados y las fuentes de agua.
«Nosotros, los israelíes y los árabes, debemos actuar para que la reunión tenga éxito», agrega Abas.
Según él, además de la Autoridad Palestina e Israel, deberían participar de la reunión representantes del Cuarteto para Medio Oriente (Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU), los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, del Comité de Seguimiento de la Liga Arabe, algunos países no alineados y del G8.
«Esperamos que Siria y Líbano también participen de la reunión», señaló. Estados Unidos anunció que invitaría a Siria, su bestia negra en la región junto a Irán, pero aún no se ha hecho ninguna invitación formal y Damasco expresó ciertas reservas a una eventual participación.
Interrogado sobre si el posible acuerdo podría aplicarse en la Franja de Gaza, donde los islamistas de Hamas tomaron el poder por la fuerza en junio, Abas los llamó a «ser razonables y a poner los intereses del pueblo palestino por encima de cualquier otra consideración».
«Si la situación en la Franja de Gaza vuelve a ser la que era (antes del golpe de fuerza de Hamas), estaremos dispuestos al diálogo», agregó.
Además de la toma del poder por Hamas, la reciente intensificación de la violencia en la Franja de Gaza, declarada «entidad hostil» por Israel y donde 13 palestinos perdieron la vida en 48 horas en ataques israelíes como respuesta a los disparos de cohetes palestinos, complicó en efecto la situación antes de la reunión internacional.
Pero Abas se esfuerza por mantener el optimismo. «Cualquier tentativa de sabotaje esta abocada al fracaso».