Las fuerzas de seguridad birmanas cargaron de nuevo hoy contra varios miles de manifestantes en el centro de Rangún, mientras la junta militar ordenó suspender el principal enlace de internet con el exterior.
A pesar de dos días de dura represión, varios miles de personas volvieron a salir a las calles de Rangún, la mayor ciudad del país.
Nuevas escenas de violencia, salpicadas de disparos al aire, tuvieron lugar cerca de la pagoda Sule, en el centro de la ciudad, según testigos.
Las fuerzas de seguridad dieron por altavoz la orden de dispersarse a unos 10.000 manifestantes, antes de que la policía lanzase una primera carga a golpes de porra, precisaron las fuentes.
El régimen aseguró luego que los manifestantes en Rangún fueron 120, según la televisión pública.
Las fuerzas de seguridad habían tomado literalmente la ciudad a primeras horas de la mañana, mientras que la mayoría de tiendas y comercio estaban cerrados.
Los monjes budistas, que lideraron las protestas en días anteriores, antes de ser detenidos por centenares, no aparecían en gran número en las calles este viernes.
«Los monjes han cumplido con su tarea, y ahora nosotros debemos continuar el movimiento», afirmaba un líder estudiantil.
La represión contra los monjes se trasladó a los monasterios. Testigos afirmaron que cuatro bonzos fueron detenidos durante una redada contra un centro religioso en la localidad de Okkalapa, en los alrededores de Rangún.
Diplomáticos occidentales citaron «varias fuentes» que señalaron «actos de insubordinación» en el seno del ejército.
«Hemos oído que algunos militares habrían rehusado obedecer las órdenes y que otros incluso se mostraron partidarios de los manifestantes», dijo un diplomático.
Miles de jóvenes se manifestaron por su lado en bicicleta por Mandalay, la segunda ciudad de Birmania, pero se dispersaron después de que soldados efectuaran disparos al aire.
Testigos aún conmocionados relataron el viernes como los soldados birmanos habían matado la víspera a ocho manifestantes al abrir fuego con armas automáticas.
Los ocho muertos formaban parte de una multitud de varios miles de personas que protestaba contra un ataque efectuado contra otro monasterio de Okkapala.
Piratas informáticos están aprovechando «la crisis en Birmania» para enviar correos electrónicos con virus que infectan los ordenadores, afirmó hoy en un comunicado la compañía británica de seguridad informática Sophos.
«Los expertos de Sophos (…) han detectado una campaña de spams (correo masivo no deseado) que busca aprovechar la preocupación internacional por la situación en Birmania para expandir un virus infórmatico», señala la empresa.
Según Sophos, «el correo contiene un documento adjunto en el que el Dalai Lama envía un mesaje de apoyo a los monjes y los manifestantes birmanos, pero al abrirlo infecta el ordenador del destinatario».
Presiones internacionales
Las presiones internacionales sobre la junta militar birmana continuaron hoy con el anuncio por parte de la ONU de la celebración de una sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre la situación en Birmania, el próximo martes en Ginebra.
– Una sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre la situación en Birmania se celebrará el próximo martes en Ginebra, anunció Rolando Gómez, portavoz de la ONU en Ginebra.
«El presidente del Consejo anunció que recibió una petición con 53 firmas, incluidas las de 17 miembros del Consejo, lo que representa el tercio exigido para celebrar una sesión extraordinaria», dijo Gómez a la AFP.