La libertad de Casey Anthony ofrece el siguiente panorama: 537,68 dólares en su cuenta de prisión, sin trabajo, sus padres distanciados, un prontuario criminal, demandas legales pendientes y el desprecio de un público que cree que se salió con la suya.
ORLANDO / Agencia AP
Rápidamente, se escapó de la prensa tras salir de la cárcel el domingo, pero cualquiera que sea la vida que logre llevar por sí misma vivirá bajo el escrutinio de los medios de comunicación y a la sombra de innumerables amenazas.
«Ahora estamos dando pasos adelante y tratando de empezar a poner todas las cosas en orden en la vida de Casey», le dijo José Báez, su abogado, por teléfono a Geraldo Rivera en su programa por Fox News Channel el domingo.
Los expertos que han ayudado a otros notables defensores en momentos difíciles dicen que ella tendrá oportunidades también, pero no será fácil para la mujer de 25 años de edad que fue declarada inocente del delito de homicidio de su hija de dos años, Caylee, aunque fue convicta por haber mentido a los investigadores.
Anthony salió el domingo de una cárcel en Florida, 12 días después de ser absuelta, en un veredicto que suscitó ira e incluso amenazas de personas en todo el país.
Vestida con una blusa rosa tipo Polo, pantalones vaqueros azules y zapatos deportivos, Anthony salió de la prisión a las 00.14 horas en compañía de Báez.
Con el cabello recogido y cara seria, Anthony dijo discretamente «gracias» al ayudante del alguacil que aguardaba para escoltarla a la salida.
Luego, ella y el abogado nacido en Puerto Rico, caminaron aprisa hacia una camioneta deportiva que los esperaba mientras los seguían dos agentes armados con fusiles semiautomáticos. Báez sostenía la puerta trasera de la camioneta, Anthony subió y el vehículo se retiró en medio de los destellos de las cámaras fotográficas.
Todo transcurrió en segundos, y ni ella ni Báez hicieron declaraciones a la prensa en ese momento y tampoco dijeron nada a los manifestantes que esperaban afuera de la instalación penitenciaria en el condado de Orange..
Anthony fue absuelta el 5 de julio después de ser condenada a prisión por mentir a los investigadores en torno a la muerte de su hija Caylee, de 2 años, ocurrida en junio de 2008.
Fue sentenciada a cuatro años de cárcel pero le fueron acreditados casi tres años que ya había cumplido desde agosto de 2008, y también le benefició su buena conducta.
Helicópteros de diversos medios de prensa siguieron a la camioneta hasta un estacionamiento techado en un edificio de oficinas en el centro de la ciudad. Pero el vehículo nunca volvió a salir y no se vio si ella iba en alguno de los automóviles que circularon en el área.
Poco después, en medio de una movilización policial dos vehículos llegaron hasta un avión bimotor privado en el Aeropuerto Ejecutivo de Orlando. Sin embargo nadie vio a Anthony que saliera de alguno de ellos e ingresara en el avión, el cual despegó poco después de la una de la madrugada con destino a Ohio, donde viven los padres de ella.
«Espero que Casey Anthony pueda recibir la ayuda psicológica y el tratamiento que necesita para seguir adelante con el resto de su vida», dijo Báez en un comunicado a la prensa.
El abogado y las autoridades carcelarias se abstuvieron de precisar a dónde viajaría Anthony.
La mujer fue sentenciada por mentir a los detectives sobre el paradero de su hija. Cuando se denunció la desaparición de Caylee en julio de 2008, Anthony dijo a los detectives varias mentiras, entre ellas que una nana —que no existía— había secuestrado a la niña.
Los restos de Caylee fueron encontrados en diciembre de ese año en un bosque cerca de la casa que Casey Anthony compartía con sus padres. Sus abogados dicen que la niña se ahogó en la alberca de la familia.
«(Anthony) está más segura en prisión que libre», dijo Mike Quiroz, quien vino en automóvil desde Miami para pasar su 22do cumpleaños afuera de la prisión. «Más vale que se cuide. Todo mundo la conoce».